14- La peluca

A otro día de raparme debía ir con mi peluca donde la especialista para que le hiciera el corte de la capul.

Inicialmente me afeitaron la cabeza con máquina y crema de afeitar y después debía pasar a ensayar la peluca.  La verdad quedó muy bonita, era mi pelo, creo que por eso hicimos click inmediato. Sin embargo en los 10 minutos que estuve allí me picó, me rascó, me estorbó.

Cuando nos montamos al carro mi esposo me dijo que me la quitara, que le gustaba verme así; sentí un alivio enorme, aunque sabía que no tenerla era ponerme el letrero de cáncer, la tortura de soportar la peluca por tantos meses iba a ser mayor y son suficientes incomodidades como para sumarme una más.  Ese día , en mutuo acuerdo con mis hijos y mi esposo definimos que la peluca sería un lindo recuerdo.

Termine entonces después de un evento familiar en un centro comercial, donde fui, sin querer, el centro de muchas miradas; algunas con asombro, otras con compasión y otras con admiración, las últimas  especialmente de mi marido y mis hijos que eran las que en realidad importaban.

Hoy en día, me encanta estar sin peluca, aunque al principio daba frío, ahora disfruto la frescura…la ducha… Y sobre todo no siento un cuerpo extraño en mi cabeza, así no tengo motivos para recordar que estoy en un tratamiento.

Lo recuerdo cuando me veo en un espejo, en una vitrina; lo recuerdo con alguna mirada diferente en un sitio público, algún comentario imprudente de personas en la calle que recibo con total tranquilidad entendiendo que vivimos en un país donde no estamos acostumbrados a respetar las diferencias.

Eso si, mi peluca tiene donde recargarse todas las noches …

Advertisement

13- Sin Pelo

Según la tricóloga (especialista en pelo) A partir del día 13 se debería empezar a caer y su recomendación era raparlo de inmediato.
En mi caso no fue así, más o menos al día 18 empece a quedarme con los manojos de pelo en la mano, en la almohada , en la ropa.  Dejaba un camino por donde pasaba.
No puedo negar que al principio me causo impresión , en el fondo pensé poder ser uno de esos pocos casos entre miles de mujeres en quimioterapia que NO se les cae el pelo.
Me dolía sentir que quizás iba a dejar de parecerme físicamente a mi hija, me dolía perder la feminidad que el pelo me brindaba y perder mi identidad.

Mi esposo me había acompañado primero donde la especialista para que nos explicara como debía hacerse este tema pues desde el primer momento decidí que quería  vivirlo en la intimidad de mi familia. Consulte a mis hijos cuando hacerlo y ellos definieron que la noche después de la segunda quimioterapia, pues querían que llegara al centro Oncológico con pelo.

Fue un momento muy especial, mis hijos me sentaron dando la espalda al espejo y mientras mi esposo iba cortando lo poco que quedaba de pelo (para donarlo para capules de gorros de niños con cancer) mis hijos lo guardaban como era debido.  Llego el momento de pasar la máquina, ese sonido me llego al alma, le pedí muchas fuerza a Dios para aceptarlo con amor y sobretodo para hacer de ese momento algo valioso para nuestra vida como familia.

Con una tranquilidad superior a la que imaginé tener, les dije a mis hijos que era un momento especial , que siempre estaríamos unidos como familia en las cosas buenas y en las “diferentes”. Que ellos estaban en una edad donde la belleza era muy importante y esta era la oportunidad para ver la belleza interior, para reflexionar siempre antes de hacer un comentario malintencionado de algún defecto físico de alguien. Ademas fui enfática en pedirles que cuando vieran la mamá en la casa, sin pelo, no pensaran que estaba enferma, por el contrario , pensaran que ya me alivie, que el tratamiento me hizo efecto y estaré más sana que nunca.

Terminaron de raparme,  mi hija me maquillo y me voltearon al espejo con los ojos cerrados. Dijeron en coro: 5…4…3…2…1… y abrí los ojos…
Me impacto un poco, hice un esfuerzo enorme por sonreír con un nudo en la garganta , pero fue inevitable que mis ojos se empezaran a llenar de lágrimas. Fue entonces en ese momento cuando uno de mis hijos me abrazó y me dijo:”mamá, cuando tu te mires al espejo, vas a pensar lo mismo que nos acabas de decir a todos nosotros” y me dejo no sólo sin palabras sino sin una lágrima, tenía toda la razón.

A partir de ese momento sentí que me quité un peso de encima, esa noche dormí perfecto, recupere mi tranquilidad. Recordé mucho las palabras de una amiga que vivió esta situación y que ha sido un gran apoyo en este proceso, que me advirtió que eso era tal vez lo mas dificil, pero que era menos duro de lo que uno imaginaba.
Esa noche descubrí la angustia que venía acumulando inconscientemente haciendo resistencia a un tema que no tenía solución, descubrí que el pelo es un accesorio , que parte de lo que tenía que aprender era el desapego a tantas cosas que no valían la pena y que además era un tema temporal.
Eso si, le pedí a Dios que me diera la fuerza así fuera un solo día de tener la valentía de no usar la peluca. Todo llegaría a su debido tiempo…

12- Efectos post quimio

El miedo a que pasaría después de la quimioterapia era evidente, siempre había escuchado en la mayoría de los casos de unos efectos bastante incómodos que además de debilidad físicamente a quien la tenía , emocionalmente muchos de ellos estaban fuertemente afectados.

Me prepare mucho para la primera sesión, física, mental y espiritualmente. Siempre he tenido una vida sana pero recurrí a otro tipo de ayudas que no había considerado en mi vida y que a cada una de ellas que hoy forma parte de mi “combo químio” les doy el protagonismo que se merecen:

-Alimentación:

He tenido una amiga psiquiatra que se ha especializado en el tema de salud por medio de la alimentación.

Aunque muchas personas en este proceso recomiendan que comer y que tomar, los consejos  de ella tenían mucho peso desde lo científico y testimonial.

Muchos coincidieron con los que comparte la bioenergética:

-Eliminar la leche de vaca y el consumo de derivados de la misma.

-Eliminar la carne roja, aumentar el consumo de pollo y pescado

-Eliminar los dulces y las harinas

-Aumentar el consumo de alimentos antioxidantes

Los puse en práctica desde el primer momento, no de manera radical pero si reduciendo de manera importante.

Hay muchos consejos del uso de alimentos en particular, pero hay uno al que le tengo mucha fe y es el consumo a primera hora de la mañana y antes de acostarme del cristal de la penca sábila licuada con jugo de guanábana.  La propiedad de la penca hace una especie de “película” en el estómago que protege el contacto del estómago con la quimioterapia. Esa es mi conclusión y por eso 3 días antes de la químio empiezo a tomarlo y 4 o 5 días después.

También visite la médica nutrióloga, pues me preocupaba no tener el cuerpo muy fuerte para resistirlas y además el tema del sobrepeso por el uso de esteroides en las químioterapias  blancas es un temor que aún existe.

Quería tener la certeza de alimentarme con cosas que de verdad fueran claves para mi cuerpo.

Me dio además de una dieta rica en proteínas una serie de recomendaciones para los días de la quimio que sigo a cabalidad y cuando por descuido no las cumplo he pagado sus consecuencias:

El día de la quimioterapia y los 4 días siguientes comida muy suave.

Fuerte en harinas y proteínas pero baja en fibra y en grasas, azúcares y condimentos.

Los vegetales y las frutas son claves en la alimentación mientras se está en tratamiento pero NO durante esos días , la idea es poner a trabajar poco el estómago .

-Acupuntura:

Este tema ha sido definitivo, además de contar con la doctora más amorosa y un ser humano especial,  es increíble como los efectos de la químio se reducen con el uso de las agujas en el lugar preciso.  Siempre voy el mismo día por la mañana y me dejo las agujas una semana más. Las mismas ayudan al estómago y al hígado a soportar el medicamento y otras de ellas a disminuir los efectos de náuseas y vómito.

En la tercera quimioterapia me quité las agujas el cuarto día en la noche porque me estaba estorbando, al día siguiente me retrocedí en el proceso, sentí el malestar típico del tercer día, es mejor esperar que se caigan solas o mínimo 8 días.

-Bioenergética:

En mi vida había recurrido a esta ayuda, me costaba creer en ella porque quizás el hecho de estar casada con un médico hizo que fuera menos abierta a estos temas.

Me he sentido super bien , el médico que me atiende es absolutamente profesional, genera mucha seguridad y tiene una calidad humana increíble.

Voy cada 3 semanas y como complemento me pongo unos sueros que recomienda 2 o 3 días antes de la quimioterapia. Los mismos le dan más fuerzas al organismo para prepararlo a los fuertes medicamentos que vienen y eso sumado a la calidez y la “buena mano” de la enfermera,  a esos 30 minutos sin celular y ojos cerrados , a ese tiempo para mi, tienen un efecto maravilloso.

-Ejercicio:

La semana después de las quimioterapia rojas no me siento en condiciones de hacer ejercicio. Las dos semanas siguientes, cuando ya incluso me alimento mejor y me siento con fuerzas lo hago nuevamente, ejercicios cardiovasculares y pesas especialmente en el pecho para preparar a mis músculos para la cirguía que viene más adelante.

En conclusión, los resultados de las químioterapias rojas han sido excelentes,  los dos primeros días como muy poco, el apetito se me reduce totalmente, me dedico a tomar mucho líquido para eliminar rápidamente las 5 bolsas de  medicamentos que me pusieron.

El tercer día es el día más incómodo, es una sensación estomacal de llenura, como si algo que se hubiera comido el dìa anterior hubiera caído mal. Una especie de “guayabo” de esa sensación que tiene el cuerpo al día siguiente de tomar licor, con dolor de cabeza  suave pero permanente y una fuerte indisposición al pensar en cualquier tipo de comida .

No sentí náuseas ni vómito por fortuna.

Emocionalmente me sentí muy feliz, cada quimioterapia era una menos de tratamiento y una más que curaba mi cuerpo. La compañía de la familia y los amigos física y virtualmente hacen de estos momentos lindos recuerdos.

Sólo existió un temor importante después de la primera quimioterapia y era lo que sucedería apartir del día 13, esa caída del pelo que a las mujeres nos duele más y al cual yo especialmente tenía fuerte apego.

11- Quimioterapias Rojas

El lunes 9 de Septiembre a las 2:00pm tenía mi primera quimioterapia.

Aunque parezca raro, no veía la hora de que llegara ese día, era una necesidad de ir avanzando y enfrentando esos momentos que de alguna manera me generaban ansiedad por ser desconocidos.

Justo ese día en la mañana empecé con un poco de gripa, por tal motivo el médico y mi esposo telefónicamente tomaron la decisión de aplazar la sesión .Yo, en mi afán de “salir de eso” me fuí al final de la mañana para el centro de oncología y les dije que me revisaran, que yo simplemente tenía un resfriado ,que yo me sentía bien para iniciar el tratamiento.

Llamamos el médico y finalmente aceptó advirtiendo que lo que podría pasar sería que yo estuviera más indispuesta de la cuenta pero nada delicado.

Llegue entonces con la incertidumbre de cómo respondería mi cuerpo a esos medicamentos, pero llegue a la vez feliz de empezar y con fé absoluta de que todo saldría muy bien.

Me encontré con un personal especial, una calidad humana y un ambiente que facilita la situación. Desde el portero tu te sientes en casa.

El primer paso era la inducción, la persona encargada, una mujer muy cálida que me recibió con el protocolo del caso, debía presentarme un PowerPoint con los “posibles efectos secundarios, pero que no a todas las personas les daba igual”. Yo, de manera respetuosa le dije que no quería escucharlos, no quería sugestionarme con nada del futuro,pues si algo he aprendido en este procesó es que vivir cada momento en tiempo real es la clave, anticiparse a los hechos no me es para nada constructivo.

Firmé los papeles como sí los hubiera leído y aceptado y mi esposo se quedo recibiendo la inducción con la advertencia que no compartiera nada conmigo.

Pienso que eso fue una sabía decisión, llegué programada para estar muy bien y sobretodo para recibir ese paso con amor, con la esperanza de que en el estaba parte de mi salvación, estaba absolutamente dispuesta a recibir la quimioterapia como una “amiga” una gran aliada en el proceso de sanación y estoy convencida que haberla recibido así facilito mucho las cosas.

Acogí un consejo de un gran amigo psicólogo que me advirtió que no hiciera amistades con los compañeros de sala, el me conoce y se imaginaba que en 5 horas que estaría allí podría terminar con varios nuevos amigos.

Sus argumentos eran bastante válidos:

-Los CA no son iguales y por ende los tratamientos , podría empezar a sugestionarme con lo que le hicieron o no al otro que me hagan o no a mi.

-Las personas manejan las situaciones emocionalmente de manera diferente, algunas deciden ver el lado oscuro y compartir sus miedos y angustias, no era mi caso, pero precisamente por eso debía evitarlo.

-Podría tener compañeros que por su condición mueran o sé agraven, no ayudaría para nada en este proceso.

De manera que a la primera quimioterapia, el 9 de Septiembre llegué sonriente llegue a la sala , saludé a todos los que estaban alrededor y me dediqué a hablar sólo con mi marido y con todas las visitas que tuve durante la tarde : mis hijos, mis hermanos, mis amigas. Llegaron con flores, con frutas y lo más importante con alegría y buena vibra. A las 7:30 terminamos y mi esposo me llevó a la casa de una amiga del alma donde estaban otras más de ese “primer anillo” del corazón para tener un “after químio” celebramos el comienzo y pasamos delicioso!

La segunda quimioterapia tuvimos que aplazarla porque mis amigos los “neutrófilos” estaban por debajo de 1.000 , es decir las defensas estaban bajitas a raíz de una fuerte gripa que tuve. No fue muy agradable, pues una vez iniciado queremos “salir de eso” pero acelerar las cosas no tiene sentido.

Vinieron entonces mas rápido de lo que imaginé la segunda el 4 de octubre, la tercera el 25 y finalicé la cuarta el 15 de Noviembre. El cierre de esta primera etapa fue con broche de oro, acompañada por mi marido como siempre y visitada por mi familia , mis amigas y un grupo de ellas se anticiparon a mi cumpleaños, muchos motivos para celebrar!

10- La fe

La gente me pregunta porque estoy tan tranquila, porque tengo esta actitud, porque reflejo tanta paz.  No es nada diferente a la fe en Dios, es El quien cuida de mi, es El quien habla por mi.

Nunca me había sentido tan fortalecida en la fe como ahora  ni tan agradecida con tantas personas que han orado por mi salud, personas que me han compartido sus novenas, rosarios, vírgenes, ángeles y santos con tanta devoción, con tanto amor.

El fervor de todos los que me han manifestado su amor de esta manera han hecho que este proceso sea una hermosa oportunidad de entender que de la mano de Dios todo es posible.

Fue El quien de manera especial permitió que todo fuera descubierto de esa manera, es El quien quiere que viva por muchos años y que ahora mas que nunca crea , que es real, que está acá a mi lado ,que lo puedo sentir junto a mi y que se quedará para siempre.

Y así es, me permite dormir en  paz, me da una tranquilidad genuina, me da el brillo en los ojos que la gente reconoce y mantiene hoy mi sonrisa mas viva que nunca.

9- Primer corte de pelo

Mi pelo era mi mayor orgullo: negro  y brillante natural, sin una sola cana y completamente liso.

Yo a veces me preguntaba como iba a motilarme cuando fuera mayor, pues mi pelo casi hasta la cintura, era parte de mi adn.

Mis amigas del colegio, intuían lo que significaba para mi dar ese paso, organizaron entonces una “pelu fiesta” una iniciativa maravillosa donde daríamos un primer paso cortando el pelo al hombro y tendríamos una tarde llena de alegría todas juntas. Haríamos de ese momento “difícil” una fiesta.

El día anterior, por recomendación de una amiga muy especial que también había pasado por la misma situación, fuimos donde la persona que hace las pelucas quien me explicó como debíamos cortarlo y amarrarlo para que con el mismo pelo ella pudiera hacerme mi propia peluca, incluso igual al corte de pelo que iba a tener.

Y así fue, llegó el día, el hecho de subirlo al hombro significaba mucho para mí, era un cambio extremo.

Mis amigas llegaron llenas de regalos y vino, también llegó una peluquera quien dando la espalda al espejo me fue motilando mientras mis amigas organizaban el pelo como había indicado quien haría la peluca y una vez terminado el corte me dieron vuelta al espejo.

Me encantó! Aunque la verdad, yo me había preparado para que todo de ahora en adelante me encantara,  para que todo lo que fuera llegando lo recibiera con mucho amor y para empezar un lindo proceso de desapego que tanta falta me hacía.

Mis amigas permitieron que este momento fuera memorable, fuera feliz, permitieron ir avanzando paso a paso rodeada de amor.

8- El catéter, la quinta maravilla

Por las características de mi cáncer el protocolo fue de 16 quimioterapias :4 Rojas (cada 3 semanas) y después 12 blancas semanales. Aproximadamente unos 6 meses de tratamiento si los tiempos funcionan correctamente y las defensas juegan a nuestro favor.

Fue entonces, por recomendación de un par de amigas que habían pasado por la misma situación, que me recomendaron el uso del catéter en una vena grande de la parte superior del pecho para la administración de la quimioterapia,  así me evitaría que las venas se me deterioraran con tantas sesiones y sería todo mucho mas fácil.

Excelente recomendación, investigamos muy bien antes de hacerlo pues como llega directo a la subclavia podría ser un canal de infecciones inmediato, pero el resultado en pacientes mostró que ha sido muy exitoso.

Tenerlo durante el tratamiento ha sido una bendición, es un cuerpo extraño que se introduce en una cirugía muy sencilla con anestesia general y que puede permanecer por meses o años sin causar ningún daño.

Al principio se siente una pequeña molestia, pero con el paso de los días se olvida que existe.

7- La cirugía y el diagnóstico

Llegué a la clínica muy feliz de saber que rápidamente no tendría mas este tema dentro de mi, me dio mucha tranquilidad oír de las enfermeras que hacían aproximadamente 4 cirugías diarias de las mismas.

Después de que marcaran los ganglios de las axilas y de que señalaran con un arpón el tumor del seno izquierdo y derecho quedé  yo con ” mi tatuaje y mi piercing” bajo los efectos de la anestesia que me fascinan.

Ahí, el que empezó a “sufrir” fue mi marido, el entró a la cirugía y su temor era que los ganglios estuvieran comprometidos. Una vez sacaron los ganglios y los mandaron a revisar había que esperar unos 20 minutos mientras llaman por teléfono al quirófano y dan respuesta. Por fortuna ambos ganglios salieron limpios lo cual facilitaba las cosas.

A pocos días para algunos, pero larga espera para quienes estamos en esa situación,  nos dieron respuesta frente a que nos estábamos enfrentando:

El cuerpo extraño del seno derecho era un fibroadenoma, es decir no había ningún problema allí ; y en el seno izquierdo iniciaba , con tan solo 1.2 cms un cáncer grado 3 (se mide de 1-3 siendo el 3 el grado mas alto) e infiltrante (que ya se está saliendo del conducto).

En conclusión , para los que no entendemos del tema; chiquito pero bravo y en el tema del cáncer no hay enemigo pequeño…

6- Cambio de médico

Después de haber pasado un fin de semana y de sentir lo largos que son los días y sobretodo las noches, decidimos buscar un médico que rápidamente me sacara el tumor pues no nos sentíamos capaces de esperar a que nuestro médico regresara.

Nuestro ginecólogo nos recomendó un colega suyo que efectivamente se parecía a el tanto en su profesionalismo como en su calidad humana , un médico con vocación que te habla con cariño, que entiende lo que pasa en tu cuerpo pero sobretodo en tu corazón, un médico que sientes de verdad se pone en tus zapatos y que te genera toda la confianza, entonces absolutamente convencidos que estaba haciendo lo correcto programamos la cirugía para el lunes 10 de Agosto.

El sábado anterior, en la ultima cita de revisión y ya con muchos exámenes en las manos, el doctor decidió acertadamente hacer cambios drásticos en la cirugía, no haría la mastectomía bilateral pues veía el tumor muy localizado  y el no sabía a que tipo de cáncer se estaba enfrentando, además, como esta cirugía era tan exigente con el cuerpo, si el cáncer era agresivo tendría que esperar un buen tiempo antes de empezar la quimioterapia y el prefería no correr ese riesgo.  mismo se encargó de hacer todos los cambios y nos veríamos por fin el lunes a las 2:00pm en la Clínica de las Américas.

5- Contra que nos enfrentábamos…

Fue una semana llena de exámenes, primero la Gamagrafía ósea para descartar compromiso en huesos, ví a mi esposo darse la bendición antes de entrar al exámen, sentí miedo pues realmente yo no sabía a que iba. Nunca le pregunté por nada, tomé desde el comienzo la decisión de no preguntar mas de lo necesario y por supuesto no buscar nada en internet, ha sido la única situación en mi vida donde sentirme ignorante me ha parecido maravilloso.

Cuando llegamos después a la resonancia que debía permanecer una hora acostada boca abajo, debajo de un túnel, con los brazos hacia arriba, sin poderme mover; empezó una sensación rarísima en mi, una especie de claustrofobia, no podía aguantarme, empecé a llorar y me llené de terror.  Mi esposo, que sabe lo que me gusta su voz empezó a cantar dentro de la sala de examen las canciones que me canta cuando estamos solos: “Contigo aprendí, que existen nuevas y mejores emociones…” y como dice Juanes en Para tu amor: ” …porque tu dolor es mi dolor… gracias yo te doy a ti mi amor, por existir…” . Y así fue, sin importarle quienes lo estuvieran oyendo, a él, que hay que rogarle a veces que cante en público, lo hizo espontáneamente  solo pensando que así podría tranquilizarme y por supuesto lo logró. No hay nada que me de mas felicidad que oírlo cantar.

Finalmente, el resultado de la resonancia mostró un tumor en el seno izquierdo y un pequeño cuerpo extraño también en el derecho con el que no contábamos…