Jasmid, una mujer valiente

Jasmid es una mujer grandiosa que desde hace 5 años lucha contra el cáncer, hoy está finalizando una batalla que sin suerte ha luchado con cuerpo y alma. Ella ha sido una gran inspiración para mi y muchas mujeres, un ejemplo de aceptación, fuerza y valentía como ninguna otra. Un ejemplo de esperanza y de fe. Esta es mi carta de despedida para ella, para que la lleve grabada en su memoria así como ella estará por siempre guardada en la mía. Esta carta es para ella…

Querida Jasmid:

Pocas personas tienen la fortuna como tu de ser conscientes cuando se nos va llegando el final de esta vida material y cuando estamos a punto de dar el salto hacia arriba, hacia el cielo, hacia nuestra fuente de luz…

Te conocí hace un año, cuando llegaste sonriente a nuestra entrevista para el programa de Televid “Poniéndole el pecho al cáncer”. Detrás de cámaras, mientras nos maquillaban, me compartías tu situación, como desde hacía varios años después de detectado el cáncer por primera vez se iba tomando lentamente diferentes partes de tu cuerpo. Me lo contabas así, como si estuviéramos hablando de un cuerpo ajeno, como si eso no fuera contigo…Ajeno para ti el dolor, la enfermedad y hasta la vida. No olvido que me repetías que aunque los médicos decían que no había nada para hacer tu te sentías bien y “por encima de Dios no había nada”.

Recuerdo que llegue esa noche a compartirle a mi marido que había conocido la mujer mas valiente de todas, una mujer inteligente, sensata y que sin drama ni me hablaba directamente de su condición y aceptaba con mucho amor lo que el presente le estaba regalando
Que ejemplo Jas!!!! Desde ese momento te convertiste en referente para mi, no puedo negarte que sentí miedo de saber que el cáncer quisiera quizás volver a visitarme, pero fue tanta mi admiración que concentre mis pensamientos no en la enfermedad sino en eso que produces, en esa paz que transmites a quienes tenemos experiencia de ti, en esa tranquilidad al conocer desde aquel entonces lo que se iba a venir.

Y han pasado los meses, y los días y las noches y tu cuerpo se va preparando para algo diferente, hemos hablado muchas veces, muchas y cada vez Jaz, cada vez aprendo mas de ti. Tienes apegos, quien no, cual madre no siente dolor y tristeza de dejar sus hijas y sus nietos. Tienes miedo también de no dejarlas organizadas en su estudio o trabajo. Pero todo es tan perfecto, tan sumamente perfecto, que estoy convencida que no han pasado a estudiar lo que querían y/o no han conseguido un trabajo porque hoy deben estar a tu lado, aprovecharte y cuidar de ti. Si Jaz, ellas también han sido afortunadas porque la vida les ha dado el regalo de poderte “devolver” eso que tu como madre hiciste por ellas cuando no tenían la misma habilidad para caminar, comer, sentarse… Así como hoy no la tienes tu.

La vida es así, no entendemos porque toma desiciones por nosotros, porque sin consultarnos nos va arrebatando tantas cosas que necesitamos, que amamos. Porque pareciera que no se pone en nuestro lugar ni en el de quienes nos quieren tanto y sufren por nosotros. Pero no… Es perfecta… Así no entendamos todo en nuestra vida es perfecto y pasa lo que debe pasar… El tiempo que estemos en este mundo será el indicado, como te decía hace poco; Hay personas que viven 90 años y pasaron sin pena ni gloria por este mundo, o peor aun, dejaron una estela de odio, rencor, ofensas, maltratos y deshonra. Personas que cuando mueren nadie extraña… Personas que fue mas lo que se llevaron que lo que dejaron. Pero tu Jaz, tu si que dejas cosas! En tu vida, que es corta para nuestro gusto, si que has dejado huella y enseñanzas para todas y todos aquellos que se vean enfrentados a una realidad que no se puede cambiar.

Y pude ir a visitarte, y pude finalmente antier despedirme y nuestra conversación quedara grabada en mi alma siempre. Me dio mucha felicidad sentirte “lista”, en paz contigo y con los demás para partir. Entender que tu alma, tu cuerpo y tu corazón están preparados para trascender a un lugar anhelado donde no existirán mas angustias económicas, donde el miedo no tiene cabida, donde el dolor físico no tiene lugar…. Trascender a ese lugar donde la paz y la plenitud serán tus fieles y eternas compañeras.

Gracias Jaz, gracias por tu existencia, gracias porque tus hijas heredaran y aprenderán de ti aunque no crean esa fuerza que transmites, gracias porque eres ejemplo para todo aquel que este enfrentando una situación similar, gracias porque con tu sonrisa, tu abrazo y tus palabras cálidas de despedida me contagiaste de esa palabra llamada esperanza, porque para ti no se termina la vida, se transforma a una mejor.

Y me despedí, me voy de viaje muchos días y si Dios escucha nuestras plegarias, las mismas que tu nos pides que hagamos para que “se acuerde de ti” a mi regreso te veré en las nubes. Te buscare en cada una de ellas cuando esté a muchos pies de altura, para encontrar la sonrisa que siempre he encontrado en un cuerpo maltratado, desgastado y doliente. En esa sonrisa esta la luz de tu alma, la alegría del paraíso que te espera y la satisfacción de haberte “ganado el cielo” desde hace 5 años como tu misma lo dices.

Te quiero Jas, que afortunada fui al haberte conocido, como te lo dije, nos veremos mas adelante, muuuuuuuchos años mas adelante, allá arriba, donde todos seremos mas felices! Por lo pronto. Tu, desde allá guíanos para que nunca perdamos la esperanza, para que los sueños y la ilusión siempre nos acompañe. Para que el miedo que surge cuando alguna recae no se apodere de nuestros pensamientos y nuestra paz, ayúdanos para que entendamos la perfección de esta vida y no nos anticipemos a lo que no podemos cambiar. Ayúdanos a vivir el feliz presente que la vida nos regala en total gratitud.

Disfruta tu camino hacia la luz, disfruta la música, el amor y la paz que dicen quienes lo han vivido se siente allí. El cielo es tuyo y eres afortunada de tener la certeza que hay un lugar muy especial reservado para ti.

Gracias por existir hoy y siempre en mi corazón. Buen viaje Jas!

Lina

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Post nuevo de mi hija

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1- Ecografía Mamaria

2- La noticia

3- Decantar la noticia…

4- Cómo contar?

5- Contra que nos enfrentábamos

6- Cambio de médico

7- La cirugía y el diagnóstico

8- El catéter, la quinta maravilla

9- Primer corte de pelo

10- La fe

11- Quimioterapias Rojas

12- Efectos Post quimio

13-  Sin Pelo

14- La peluca

15- Cabezas para mi peluca

16- Nancy, mujer valiente

17- Una mujer sin pelo en la calle…

18- El primer cumpleaños

19- Regalos de Navidad

20-Quimioterapias blancas

21- Cómo nació este blog?

22-Terminando mis quimioterapias…mi reflexión.

23-Y si no tengo pelo… si seré mujer?

24-Porque hay que ponerle el pecho

25-Mastectomía

26-Cuando una amiga se va…

27-A punto de terminar

28-Hoy termino y empiezo a vivir

29-Año nuevo

30-A mis amigos

31- En la salud y la enfermedad

32- Me encontré por Daniela Giraldo mi hija.

32- “Me encontré” por Daniela Giraldo mi hija

Quienes somos mamás, cuando recibimos la noticia de tener cáncer nos agobia el miedo adicional de generar dolor y angustia a nuestros hijos.  Además, no se puede negar que la posibilidad de sentir que podemos  quizás dejarlos cuando tenemos tantos sueños por cumplir con ellos y tantas cosas por vivir en familia, es un tormento adicional al “tsunami” que llega.

Pues si, no es mentira que sienten dolor, no es mentira que ellos sienten ese miedo de perder  la persona que mas los ama en este mundo, no es mentira que temen tener que renunciar a quien les dio la vida y quien la daría por ellos sin duda.

Pero detrás de ese aprendizaje llamado enfermedad está ese regalo que viene escondido, ese proceso de transformación que les permite darse cuenta también donde están las cosas que verdaderamente valen la pena, que los hace madurar a la fuerza, que les permite revisarse y cuestionarse y por supuesto “darle la vuelta” a lo que sea necesario para que la vida en familia sea memorable.

Dani, mi única hija mujer, quien me acompaño y entendía como ningún otro lo que significaba para nuestro género las renuncias y cambios que se me presentaban. Dani, quien siempre fue precisa y silenciosa con sus emociones durante el tratamiento para evitarme dolor. Hoy, ella me regala esta carta como anticipo al regalo de la madre, pues leerla me hace agradecer nuevamente que esta enfermedad haya sido diagnosticada a tiempo, que saber lo que generó en ella hace que valga la pena  y que pido a Dios muchos años de vida que me permitan verla florecer.

La amo con mi alma y mucho, pero mucho mas allá!  

Tú, si tú, la que está asustada, la que siente que el mundo se está derrumbando a sus pies. No llores. No temas. Levanta la frente y observa todo lo que se encuentra a tu alrededor. Observa la vida, siente el alma. Respira.

Ahora agradece, agradécele al universo porque estas viva, porque hoy puedes estar en este mundo y hacer algo por él, pero especialmente porque eres lo suficientemente fuerte para servirle de apoyo a la mujer que más amas en el momento en que ella más lo necesita. 

Y siempre que pienses en que ya no puedes más, recuerda esta historia.

Diría que hoy tengo diez y nueve años si cualquiera me pregunta en la calle por mi edad, diría que nací en mil novecientos novena y seis y que pronto cumpliré veinte pero para serte sincera, estaría engañando a aquella persona inocente. Tengo diez y nueve años pero nací hace tres. Nací en el momento en que entendí que la vida es perfecta, que todo pasa por una razón. Que existe una gran diferencia entre vivir y estar vivo. Somos producto de lo que pensamos y por ende los diseñadores de nuestras propias vidas. Como seres humanos tenemos el poder de controlar el mundo, de moldear los acontecimientos para que todo salga como queramos, eso si, aceptando los tropiezos como enseñanzas enviadas por el universo y sacando provecho de ellos para no volver a toparnos con la misma piedra. Apenas nací a los diez y seis años de edad, poco, si en realidad consideramos la idea de que muchos nunca nacen. Pero no fue fácil hacerlo pues antes de que el cáncer llegara a mi vida, o mejor dicho, a la de mi mamá, no tenía concebida la posibilidad de nacer por una segunda vez, sin embargo, en esta ocasión sería desde el alma. No sabía que era posible llegar a ser mi mejor versión, vivir en una paz absoluta y ser tan feliz como lo soy ahora. No había interiorizado la idea de que aquel ‘enemigo’ se podía convertir en mi ‘mejor amigo’, mi ‘mentor’.

Llegó el cáncer sin avisar, como un monstruo que se devoraba las palabras, las energías, la tranquilidad y peor aún lo descubrí de manera abrupta, fría, como diría en una conversación informal, ‘sin anestesia’. Fue la curiosidad la que me llevó a entrometerme en una conversación que no estaba destinada para ser escuchada por mi en ese momento, pero desde hacía un par de semanas mi intuición me había convencido de que algo andaba mal. Recuerdo lo que sentí en el momento en que pude comprender lo que sucedía, la vida me había situado justo al frente de mi mayor miedo en ese entonces, perderla a ella. Me parecía imposible que fuera verdad, me parecía imposible que mi mamá no fuera invencible y aún más que mi papá no pudiera controlar este ‘inconveniente’, ya que he eliminado la palabra ‘problema’ de mi vocabulario. Pasó el tiempo y nos dimos cuenta que todo saldría bien. Volvimos a respirar, a dormir, a vivir con un poco más de tranquilidad. Siguió pasando el tiempo y nos fuimos acostumbrando a nuestra nueva realidad, ella perdió el pelo, se sometió a multiples cirugías y sesiones de quimioterapia. Y ahí estaba yo, a su lado, en silencio, dandole tiempo al tiempo para corroborar que no me vería obligada a enfrentar ese miedo del que te hablaba. Ella no necesitaba palabras para sentir mi presencia, bastaba con llevar mi corazón hasta su lado para darle seguridad y apoyo, algo que yo sabía que tanto necesitaba. 

Tardamos unos meses en interpretar el mensaje que estábamos recibiendo. Como familia, nos estábamos yendo por el camino equivocado en el cual buscábamos la perfección y lo que ahora considero  superficial. Agobiados por la sociedad y sus exigencias le estábamos entregando la felicidad a lo equivocado, a la vanidad, el reconocimiento, el éxito, dejando un lado el amor propio, la paz interior y el servicio. Necesitábamos un obstáculo que nos desviara de ese camino. Lo recibimos en el momento indicado y entendimos que debíamos revaluar nuestros propósitos, nuestras motivaciones y nuestra concepción de la vida. 

Así fue. Decidí desde el primer instante que no le entregaría mi felicidad a lo inevitable, a lo incontrolable, a lo ineludible. Tomé la decisión de recibir esta enfermedad con los brazos abiertos y convertirla en la raíz de mi transformación. Y así, paso a paso, me fui convirtiendo en la mujer que soy ahora. La vida me dio la oportunidad y la tomé sin duda alguna. Nos la dio a mi y a mi familia y cada uno decidió como la utilizaría a su favor. Por mi lado, vivo eternamente agradecida, me encuentro en un proceso de autoconocimiento a través del cual espero llegar pronto a ser mi mejor versión para amarme infinitamente y así poder ayudar desde el alma a todos los que estén a mi alrededor.

Hoy puedo decir con la cabeza en alto que el cáncer es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Ahora, es tu turno de hacer lo mismo.

Daniela Giraldo Hinestroza

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11- Paletas para la quimioterapia

Cuando estaba en quimioterapia me daba mucha sed, pero tomar líquido iba cansando. El estomago era lleno pero la sensación de sequedad en la boca no desaparecía.

Por recomendación de mi hermana llegué a las paletas que cumplían el propósito perfecto pues no sólo calmaban la sed sino suministraban algo de sabor a esos días donde no me provocaba comer mucho pero debía llevar algo sano a mi boca.

Hacia las paletas de fresas naturales con azúcar orgánica.   Muchas fresas y muy poco líquido . Casi que en su propia agua para que fuera su líquido quien calmara la sed.

Fue una magnífica solución. De mango… De guanabana… De la fruta que tuviéramos en casa… Pero NATURALES.

El jugo de la propia fruta mezclado con agua (nunca con leche) azúcar orgánica y al congelador!!!!

Estas, las hice hace poco para alguien que está en tratamiento y es realmente un regalo para el. No para las visitas!!!!!

Unas paletas hechas  con todo el amor para que haga de este proceso su mejor aprendizaje y salga fortalecido en cuerpo y alma. Paletas con intensión de amor que deseo que den esperanzan con solo probarlas.   Buena suerte a J. en este interesante camino que comienza!!!!

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31- En la salud y en la enfermedad

“En la salud y en la enfermedad”. Esa frase tan comprometedora que escuchamos del padre en el momento del matrimonio católico.

Una frase que entra en nosotros mientras tomamos la mano y miramos a los ojos a esa persona por quién estamos convencidos que daríamos todo, absolutamente todo para que este bien…

Y empieza el matrimonio… feliz, disfrutando de la novedad de compartir, de vivir con “el novio”. Una sonrisa detrás de otra con ese tiempo juntos, con ir construyendo ese hogar que siempre hemos soñado, donde están puestas todas nuestras ilusiones.

Pero de pronto, en el momento menos esperado, quizás cuando mejor podemos estar, llega la hora de poner a prueba esa frase que prometimos con tanto amor y tanta fe.

Sin pedir permiso, sin tocar la puerta, sin avisar, llega el cáncer a invadir todos los espacios de la casa, entra así… Sin saludar, tomándose los lugares que eran sagrados para ti, que estaban diseñados para compartir felicidad con esa pareja, para reír… Para soñar… Cambia todo, empezando por el tiempo que es corto y ya no hay tanto ni para ir a cine, a comer o a bailar.   Las citas médicas, las cirugías y los cuidados se apoderan de el.   Esos vestidos que usabas para salir que a tu pareja le gustaban serán reemplazados por camisas anchas y pijamas de botones que te permitan mover fácilmente y sean cómodos para las cirugías. La ropa interior pequeña y sexy quedará en el cajón mientras unos brasieres grandes terapéuticos te acompañarán un buen tiempo.

Y tú cuerpo cambia, y tú color, y tú peso y tu fuerza.   Ese espejo al que te mirabas para verte linda te va mostrando una verdad que te aterriza día a día a tu nueva vida, que te duele pero que te enseña.

Se apodera de ti, de tus días y tus noches, de tus pensamientos porque todo cambia, todo sin tu querer, y aunque haces el mayor esfuerzo para que todo siga igual, en tu hogar pareciera que por momentos se apagara la luz, porque el miedo, la incertidumbre y la angustia tienen tonos de grises y opacan cualquier brillo que pueda existir.

Y es allí, donde sentirse amado forma parte del proceso de sanacion, es el aliciente para sentir que luchar para vivir vale la pena, es la oportunidad de sentir para quienes somos importantes y son cada uno de esos seres como carbones que avivan esa llama, esa luz llamada esperanza .

El amor llega de muchas personas, la familia, los amigos y para quienes tenemos pareja de aquel que nos eligió y prometió querernos y amarnos no sólo en la salud y la enfermedad sino hasta que la muerte nos separara.

Suena divino, pero no es fácil, es una situación que los somete a momentos duros de tensión, de miedo, de tristeza y de dolor. Es la oportunidad no sólo de saber de qué está hecho cada uno, sino de darse cuenta de lo que han construido como pareja desde el amor… Y es ahí… En esa palabra tan sencilla de cuatro letras que oímos tanto, que quizás decimos sin pensar la magnitud de lo que significa, dónde está la verdadera posibilidad de cumplir ese compromiso ante Dios.

Para la mujer es una situación que la enfrenta directamente a su ego, pues si bien cualquier cáncer es motivo de angustia y dolor, el cáncer de mama compromete su parte estética, su feminidad… Su sensualidad. Eso en particular nos genera miedo e inseguridad.

Verse deteriorar, poco a poco, frente al espejo llenarse de preguntas que no tienen respuesta y sobre todo aquella que tiene que ver con él, con saber si esa pareja si podrá amar y desear igual como era antes a una mujer que será diferente. Eso retumba en la cabeza, más duro de lo que imaginamos y aunque él te abrace y te diga que te ama como sea, tu te preguntas si eso sí será posible, si en el fondo él si podrá soportarlo.

Ahora, el hombre que ama de verdad sufre como nunca, se llena de miedo de pensar que esa mujer con la que decidió construir su futuro quizás no esté más, la mayoría lo hacen en silencio porque en teoría deben ser fuertes, pero se preguntan a solas que sería de la vida sin ella… Donde quedaría su alegría y la de su familia… Para donde se irían esos sueños por cumplir…   A esos hombres que aman de verdad, la enfermedad también les llega y les duele en el alma.

Algunos “le ponen el pecho” y cambian el observador para mirar su pareja con empatía, respeto y admiración. Algunos de ellos deciden dejar en “reposo” esa mirada donde veía esa mujer que ante sus ojos no había una más hermosa y sexy para él y elige ver la belleza de su corazón. Y es ahí… Precisamente ahí donde aparece lo que es el amor. Donde se descubre que somos uno y que está enamorado de su esencia, de su alma, de lo que ella está hecha… Y se queda ahí, pasando noches en vela a su lado, invirtiendo el tiempo juntos en horas de quimioterapia, cambiando las copas de vino por remedios, y los abrazos duros apretados por unos suaves que no lastimen el cuerpo pero que sanan el alma.

Hay hombres muy valientes que también deciden pelear. Que se van de escuderos a esa batalla llevando las armas de esa mujer que aman y que saben que sola tiene que luchar. Pues aunque algunos quisieran dar la vida por ellas y ser quienes estuvieran en su lugar, saben que no pueden hacerlo y que es ahí, al lado, viéndolas pelear como guerreras, viéndolas enfrentar con dignidad lo que ellas tuvieron que hacer, donde crece la admiración y por supuesto se fortalece el amor. Esos escuderos se quedan ahí, haciendo todo lo posible, algunos incluso se rapan sintiendo que estando “uniformados” demuestran que están listos para darla toda en esa guerra que se da a la par y aunque ella pone el cuerpo los dos ponen la fuerza y el alma .

Lamentablemente esta batalla es dura y muchos no logran llegar hasta el final. No los juzgo, es difícil y se cansan, aunque algunos son cobardes y se van antes de empezar, otros deciden lucharla pero en el camino… Entregan las armas, se dan por vencidos, no dan más….Es que eso es para machos, pero nos son muchos, solo los valientes, muy valientes!

No es fácil para ellos renunciar a sus comodidades, convivir con el miedo y la incertidumbre. Tampoco lo es tolerar en la otra los cambios de humor, sus lágrimas constantes y quizás su pesimismo no es para nada divertido.

Verla así, diferente a lo que ellos habían escogido y caminar ya despacio de la mano de una mujer calva no es algo que precisamente a algunos los haga sentir cómodos y es por eso que ellos, algunos de ellos, no aguantan y se van… Puede ser cobardía, puede ser miedo, pero sea lo que sea, se va el amor… Las dejan ahí, solas, tiradas en medio de la batalla, cuando saben que están aporreadas, que su cuerpo es más débil, que son vulnerables, cuando son conscientes que son su mayor ayuda… Que son su mayor pilar… Se van… Las dejan ahí al frente de esa bestia de tres cabezas que las mira de frente, con deseos y ahora con más poder!

Ellos que son el sexo fuerte en momentos como este algunos no lo son… Son débiles, salen corriendo, y no miran para atrás y se llevan con ellos las cosas, la historia y los sueños y pareciera que antes de salir por esa puerta apagaran nuevamente la luz de la esperanza.

Lo siento mucho por ellos, pues la mujer que queda llena de dolor, que quizás toca fondo por algún momento porque ese abandono duele en cuerpo y alma, tiene así no quiera que levantarse, armarse de nuevo, sacar fuerzas de donde no hay y enfrentarse a su enfermedad que no da tregua, que no da pie a descansar, que por el contrario pide más.   Y no sé cómo esa mujer si es valiente, ella que si sabe lo que es enfrentarse a lo más difícil, toma la decisión de no entregarse, se levanta como el ave fénix de las cenizas y va creciendo y volviéndose más sólida y fuerte que nunca.

El se la pierde a ella y a lo que se viene, pues ese tiempo pasa, más rápido de lo que se cree. Atrás empiezan a quedar los drenes, las pijamas de botones, los chuzones y las citas médicas.   Vuelve el tiempo para estar juntos, para ver un atardecer, tomar muchos cafés y junto a él soñar de verdad. Más, todavía más… Y sobretodo de querer cumplir esos sueños ya, porque se siente que nada puede esperar.

Los que se van se pierden esos abrazos fundidos para siempre, esa sensación de sentir no que somos el uno para el otro, sino que somos uno solo, ese placer que da saber que si es posible llegar juntos, viejitos de la mano hasta que la muerte nos separe.

Se perdieron esa mujer, esa que se conoció de verdad, que se aceptó y transformó su alma y su corazón. Se perdieron que ella les diera su amor infinito y toda su gratitud de por vida por lo que hicieron por ella. Se perdieron esa pareja, esa complice para siempre.

Se perdieron poder tener la sensación de felicidad de ayudar a quien amas, de conocerse y darse cuenta que pudieron. Que son valientes, y sobretodo que son humanos. Se perdieron la sensación de bienestar que da servirle a los demás. Se perdieron la plenitud que da cumplir la promesa que hicieron ante Dios. Pero sobretodo se perdieron sentir lo más importante, lo que no se puede comprar: que existe y se puede vivir en el verdadero amor.

El pelo vuelve a salir, el color aparece y las cicatrices son solo “heridas de guerra” que recuerdan que hoy hay vida. Esa mujer disfruta hasta el mas mínimo detalle. Esa mujer es libre de apegos, de complejos y de sufrimientos en vano, esa mujer es transparente, es así como es, sin miedo a que la juzguen y a que no la quieran.

La casa recupera más color que nunca y la alegría de vivir se siente en cada rincón. Vuelve la música, el martini, la minifalda y el labio rojo y los abrazos apretados. Y esa sonrisa y ese sabor propio del amor se apodera de los dos como nunca… Porque es un amor maduro, real, incondicional y sobretodo eterno….

Eso… Eso se lo perdieron ellos que seguirán huyendo cada que encuentren algo que les genere dolor, que quizás se la pasaran tratando de buscar donde esta el tan anhelado y perfecto amor…En cambio ella, recogerá lo que tanto aprendió, será mas feliz que nunca y agradecerá a la vida que los días, meses o años que le queden, no estén invertidos al lado de quien no la merezca. Ella, encontrará nuevamente el amor, que se manifiesta de muchas maneras porque el solo hecho de vivir la hará feliz.

Ella sonríe genuinamente cada mañana al abrir sus ojos y ellos… eso también se lo perdieron.

@poniendole

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10- La chía significa FUERZA

Desde que estaba en tratamiento me recomendaban la chía, pero era tanta la información que recibí que no le di la atención que se merecía y la dejé pasar.

Hoy, con mas de año y medio de haber terminado mis quimioterapias y de haber recuperado muchísimo el control de mi cuerpo y mi vida, me he detenido a incorporar alimentos en el nuevo “estilo de vida” que quiero vivir para disfrutar la salud que hoy mas que nunca valoro.

La palabra Chía de origen maya significa FUERZA. Será por eso que me gusto tanto y que tiene tantas propiedades. Por lo que he investigado las semillas de chía son muy saludables, no contiene gluten, contienen omega 3 y fibra y lo que mas me interesa: son ANTIOXIDANTES. Estos son algunos de sus nutrientes:

-5 veces mas calcio que la leche

-3 veces mas antioxidantes que los arándanos

-3 veces mas hierro que las espinacas

-2 veces mas fibra que la avena

-2 veces mas proteína que cualquier verdura

-2 veces mas potasio que el plátano.

Pero además tiene una gran ventaja y es que crecen su tamaño de manera importante porque absorben 10 ó 12 veces su peso en el agua entonces eso crea una sensación de saciedad que nos ayuda a comer menos y nos permite bajar esos kilitos de mas que nos pudieron regalar el uso de esteroides o la falta de ejercicio durante las quimioterapias.

Generan un aporte extra de energía entonces tomarlas antes de hacer ejercicio son excelentes pues como llevan además mas liquido de la cuenta nos mantiene hidratadas y lo mejor para recuperar el músculo perdido: aumentan la masa muscular y regenera los tejidos.

También calman el dolor en las articulaciones propias de esas quimioterapias blancas y para personas como yo que tomamos exemestano (aromasin) nos cae de maravillas!

Ojo: dicen que para quienes sufren del esófago no son recomendables!

Yo las consumo de la siguiente manera:

Una cucharada en ayunas en un vaso de agua. Las revuelvo durante unos cinco minutos, se crecen y me las tomo. Saben un poco gelatinosas pero a quienes hemos tomado la penca sábila sabemos que eso se aprende y listo!!!!!

También la tomo antes de la comida e incluyo semillitas (sin remojar) en la granola, Las ensaladas, el arroz, los batidos… No se sienten… saben a nuez!!!!

Las compro en el mercado marca Taeq, pero si tienes inconveniente en ir a comprarlas en Medellín te las lleva una persona a domicilio: 311 3153822

Espero que las disfrutes!!!!!!!!

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*Te preguntaras porque el vaso dice alegría?  porque creo en el poder de la intensión de lo que pensamos, decimos y actuamos. Por eso las jarras y  los vasos de mi casa tienen una palabra que dará algo positivo a lo que llevaremos a nuestro cuerpo… un regalo muy especial que un día recibí de una amiga de mi alma…

Cristy Uribe nueva entrada

Durante este recorrer he tenido muchas fuentes de inspiración, en todas ellas reconozco diferentes valores, pero sobretodo por todas ellas siento amor  y me regalan esperanza, me regalan vida.

Por ser personas a quienes tengo tan cerca siempre escribo una carta y aunque algunas de ellas no puede ser respondida en vida, desde el cielo siento su respuesta en cada momento.

A todas un agradecimiento desde el fondo de mi corazón por ser en este momento “diferente” de mi vida fuente de luz…

1-Carolina Hinestroza (mi prima quien puso el pecho)

2-Jerónimo Pardo Mesa (mi sobrino-nieto quien recientemente nació)

3-Mónica Restrepo ( admirable guerrera)

4-Simón Giraldo Hinestroza (mi hijo menor quien se fue a vivir a otro lugar)

5-Juan Luis Giraldo (mi marido)

6-Lucía Orozco de Hinestroza (mi mamá)

7-Daniela Giraldo Hinestroza (mi hija mayor)

8-Tomás Giraldo Hinestroza (mi hijo del medio)

9-Cristy uribe, eres Luz (compañera de esperanza)

9-Cristy Uribe, eres Luz.

Una vez terminamos el tratamiento y nos sentimos sanas, tranquilas y felices, debemos seguir enfrentando las noticias de todo aquel que muere por el cáncer.

Estas situaciones hacen que se movilicen muchas emociones en nuestro interior y es la oportunidad de reconocerlas, aceptarlas y transformarlas para hacer que ese miedo evolucione en oportunidades de vivir cada dia con intensidad y por supuesto de fortalecernos en la fe recordando que somos seres espirituales que vivimos una experiencia humana y que solo nuestro Dios sabrá cual es el momento perfecto para llegar hacia El.

Cristy, una mujer joven, alegre y llena de ilusiones fue gran inspiración para mi. Con un tumor cerebral se enfrento a un tratamiento duro con alegría,con dignidad y con esperanza. Después de dos años de haberlo combatido la vida define que es su momento de trascender y ella fuerte y valiente hasta el final fue y será inspiración para mi y para muchas. Este es su testimonio y esta carta es para ella:

https://poniendoleelpechoalcancer.com/2014/06/06/7-cristina-uribe/

Querida y admirada Cristy:

Llevo día y medio seguido hablando contigo. Hemos tenido conversaciones fluidas donde yo trato de entender que pasó y tú me das las explicaciones con el mismo tono de voz alegre y dispuesto de siempre.

Tu noticia me tomó por sorpresa, sí, por sorpresa así no creas, pues a pesar de conocer lo difícil que estaba la situación en el momento, tengo que ser sincera, sentía que tu fuerza, tu amor por la vida y tu juventud te mantendrían acá.

Sentí profundo dolor, PROFUNDO. Literal. Cuando leí un mensaje a la salida del estadio de fútbol de celebrar el triunfo de mi equipo pasé de una inmensa alegría a la peor de las sensaciones, al vacío, la tristeza y la peor de las emociones: el miedo.

Sentí en su momento que tú no, que tú no podías morirte, que en ti estaban puestas las esperanzas de muchas, incluidas las mías; Que contigo estaban los sueños y las ilusiones de tantos y que tú eras ese ladrillo que si se sacaba del muro se caerían muchos más.

Se me desmoronó el mundo ahí… En ese instante… Sentí como pocas veces he sentido que no podía con más golpes de estos. Que mi cuerpo, mi mente y mi corazón no iban a resistir más noticias que me cuestionaban a mi. Que me ponían de frente a ese animal de tres cabezas que de manera traicionera toma vida cuando él quiere… Cuando uno menos lo imagina… Que me restrega los temores más intensos y que ponen a prueba mi fe.

Pero ayer. En tu hermosa ceremonia de despedida, en ese momento lleno de música y luz así como eres tu, entendí que era tu momento, que viniste a este mundo a cumplir esa misión de “despertar” tantas consciencias, que viniste a transformar la vida de muchos y de dejar huella.

Fuiste vida Cristy, pura vida hasta el final. Y hoy sí que lo eres!

Recuerdo nuestra última conversación. Te llamé a pedirte el favor de que fuéramos juntas a visitar una niña de 15 años que estaba viviendo la enfermedad y su mamá me había dicho que la pérdida de pelo la estaba afectando mucho. Estaba segura que con tu alegría ella tendría paz en su corazón y podría enfrentar ese momento de desapego de la mejor manera. Finalmente la niña no definió que fuéramos y me llamaste después a preguntar cómo íbamos con eso, fue la disculpa perfecta para conectarnos de nuevo, y aunque me contaste que estabas mareada un poco y por eso no habías podido ir a la inauguración de la casa Modorosa tan pronto te mejoraras allá estarías para ayudar en lo que se me ocurriera. Porque tu espíritu de servicio era inmenso y siempre estabas dispuesta a entregarte a los demás.

Pero volvamos a las conversaciones de estas últimas horas, donde cierro mis ojos y me parece oírte cuando me hablas, cuando me quieres dar paz, cuando me quieres dar ilusión…cuando me quieres dar esperanza.

No han sido conversaciones como las que teníamos. Donde nos reíamos a carcajadas de cómo íbamos… Donde nos arrebatábamos las palabras para describirnos el pelo que nos iba saliendo… Que parecíamos un brócoli… Que nos levantábamos como un asterisco y nos reíamos genuinamente sin parar. Esas conversaciones cargadas de complicidad y de terapia mutua que siempre terminaban con una carcajada y por supuesto con más vida que cualquier cosa.

No, las conversaciones han sido diferentes, has hablado tu. Pues yo con mucho dolor y viviéndolo en silencio a veces no era capaz ni de preguntarte, pero tú me has leído la mente y me has dado la respuesta. Con esa frescura y tranquilidad de siempre me has querido explicar qué estabas lista, que ya habías sembrado lo suficiente, que querías ser recordada así… Como te fuiste, alegre y feliz. Que no es mi turno, que me falta mucho por vivir, que no debo compararme… Que es diferente… Y yo… Como si no quisiera oírte… Seguía con mi dolor y mi miedo, mi profundo miedo y aunque no voy a entierros y me pidieron de manera especial que no fuera al tuyo que me podía hacer más daño, sentí que no podía fallarte. Que tú siempre estabas dispuesta para mí y que debía estar allá, en ese momento de entregarte a la fuente de luz.

Por fortuna lo logré. Fue la despedida más hermosa que he visto en la vida, la música y las canciones para ti fueron perfectas, las palabras de tu papá, de tu tío, de tu novio y tus amigas me llegaron al alma y la entereza de tu familia me regaló la paz que estaba necesitando.

Hoy me desperté diferente. Me desperté como soy yo, positiva, dispuesta y feliz pues noche recibí por parte de quienes más te aman la más linda lección de desapego que haya conocido en mi vida.

Estas lista Cristy! Y yo también. Ya volví a las filas, me pare derecha como tantas y la muerte no estará más en mi cabeza. A vivir cada día como si fuera el último, a disfrutar cada segundo como el hermoso amanecer que nos regalaste hoy. A no entregarle mi felicidad al cáncer como tanto lo decíamos. A prepararme para tener la mejor navidad y a sonreír cuando recuerde las mujeres como tú que marcaron mi vida y serán también luz en mi camino.

Gracias por la manera como llegaste a mi vida, gracias por tu compañía siempre pero sobretodo estas últimas horas que toqué fondo, gracias porque hoy me siento más feliz y más viva que nunca y te honraré con una sonrisa de esperanza para todo aquel que lo necesite, por supuesto, emulando la tuya.

Buen viaje Cristy. siempre en mi corazon!

Lina

30- A mis amigos

Cuando mis hijos estaban pequeños y debían pasar de kínder4 a kinder5, sus profesores buscaban que en el nuevo año pudieran coincidir con alguno de esos amigos con quienes ellos se sentían bien.
Utilizaban un ejercicio que a la luz de un niño era fácil de responder y consistía en preguntarles que si ellos fueran para un paseo en una buseta, quienes quisieran que estuvieran sentados a su lado.
Pues esta analogía que parece simple tiene mas fondo de la cuenta. La vida nos invita de manera natural a muchos “paseos” (unos mejores que otros) que nos toca queramos o no recorrer. Algunos son planeados, nosotros de alguna manera los hemos programado y los hemos visualizado. Otros son esos paseos “sorpresa” que te resultan sin maleta empacada y que sin saber para donde vas o incluso sin querer te tuviste que montar a ese bus!

Esta es una analogía perfecta para lo que vivimos quienes tenemos una adversidad como estas, una enfermedad que llega de “sorpresa” y te obliga a montarse en un bus con la ruta “salvar tu vida” en la cual no tienes ni idea como será ese camino, que tiempo vas a tardar, incluso si lograrás o no llegar al final.
Ahora, hay paseos donde escoges tu a quien invitar, hay otros donde te invitan y de alguna manera tu ya tienes claro de acuerdo a la compañía cual va a ser el “espíritu” de ese viaje, pero en este paseo en particular te montas SOLA y está en la libertad de cada quien subirse, bajarse y/o quedarse.

La familia está allí, algunos están despiertos todo el camino, otros se duermen por tramos pero hay que entender que es un recorrido largo y pesado que cuesta mantenerse en vela.Aun así, es hermoso sentir como desde el mas pequeño hasta el mas viejo quiere hacerte ver que con la sangre también nos corre amor por las venas.

Lo que admiro de manera especial es como hay amigos que deciden montarse a ese bus, ellos no tienen esa “obligación” y este paseo con ellos ha sido una fortuna. Cuando “me montaron” y tuve que ponerle primera y arrancar en esa loma empinada llamada cáncer, empecé a descubrir que ellos se montaban sin decirles y se amarraban el cinturón dispuestos a jugársela conmigo de corazón.

Cómo sería la vida sin amigos me pregunto, cómo sería la vida sin esos compañeros de vida que uno “elige” voluntariamente para compartir todos los momentos. Cómo sería la vida sin sentir que quieres a algunos como hermanos y que sientes que harían todo por ti.

Descubrí en este camino que ser amigo es una gran responsabilidad, que va mucho, muchísimo más allá de compartir un vino, un café… De disfrutar de una comida, una fiesta, un paseo… Los amigos, al igual que la familia se “descubren” en la enfermedad. Es allí donde dejan ver cual es la mejor versión de cada uno y que tan profundo y real si es ese amor que existe.

La vida ha sido generosa conmigo en este aspecto, mis amigos tuvieron unos gestos que me sorprendieron profundamente, que me llevaron sobre todo a cuestionarme la calidad de amiga que soy yo, gestos de desprendimiento, de entrega de amor profundo que yo no había hecho por nadie, gestos que me demuestran que en ese aspecto también tenia muchas cosas por aprender!

Tomar un avión solo para venir a visitarme, acompañarme en momentos de tristeza con el silencio que fuera necesario, regalarme su tiempo, hacerme mascarillas, masajes. Ayudarme a parar y sentar cuando tocaba y darme el brazo para caminar cuando en su momento lo fue. Y ni hablar de los mensajes, llamadas, regalos y por supuesto las cabezas que aun conservo.

Otros me regalaron su oración, sus medallas, rosarios, estampitas y novenas que hacían por mi o que me dejaban en la potería; Es una situación donde es difícil saber que tanto acercarse y así los entendí. Pero se que su corazón estaba conmigo y que su alma estaba conectada con Dios para ofrecer mi salud por encima de muchas de sus cosas durante todos los días.

Hay otros que nacieron en la enfermedad, que los conocí cuando seguro no era tan divertida como era antes, cuando mi cuerpo y mi alma habían cambiado y eso fue lo que mas les gustó y decidieron montarse en el bus de mi vida, de la que conocen ahora, de la que feliz y orgullosa estoy y si que se han sabido quedar allí!

Hoy me siento mas que afortunada, la vida por medio de esta enfermedad me permitió darme cuenta quienes son mis amigos de verdad. Quienes están conmigo en el camino de mi vida.

Hoy mi buseta es mas grande, pues aunque hubo unos pocos que no toleraron la incomodidad del camino y se bajaron, son mas los que subieron y tendrán “puesto fijo” pues quien te abre sus brazos, te comparte su tiempo y te da amor y alegría en la adversidad se quedara contigo para siempre.

Quiero desde el fondo de mi alma agradecer a todos y cada uno de mis amigos que me ha dado tanta alegría. Hoy, que me siento completamente sana, que miro para atrás y veo esa enfermedad como parte de un pasado que no volverá, siento que haber tenido la fortuna de recibir tanto amor en vida es la compensación a los otros sentimientos “diferentes” que se viven en la enfermedad.

Quiero agradecerles por sus consejos, oraciones y fe. Quiero agradecerles por reír conmigo y llorar también cuando tocaba.
Quiero agradecerles por las visitas en la quimioterapia, en las clínicas, en la casa mía (que es como llegar al cielo)
Quiero agradecerles por darme el espacio cuando era necesario, por entender a veces mi ausencia , mi lejanía, mi falta de respuesta… quiero agradecerles por tener la paciencia para quererme así como fui y así cómo soy hoy.

Y a los que se bajaron por decisión propia, a los que no tuvieron la paciencia y la fuerza para este viaje, les agradezco de corazón que en algún momento de la vida estuvieron conmigo, que me regalaron su tiempo en “las buenas”, los quiero y los disfruté. Pero sobretodo me enseñaron que muchas veces anteponemos nuestras necesidades y prioridades por encima de cualquier cosa y no logramos conectarnos con el dolor del otro. Gracias a estos amigos cuyo papel en mi vida era mostrarme como también yo debo mejorar para que no sea fría, ajena y distante a los problemas de los demás como seguro en muchas situaciones lo he sido.Gracias a ellos entiendo y hoy pido perdón a aquellos que en algún momento de su vida han sentido dolor y yo no he estado allí lo suficiente, lamento no haber ofrecido mi hombro cuando el miedo y la angustia estuvo en sus corazones. Dios no quiera que tengan que volver a vivir otra adversidad, pero si así lo fuera, quisiera me dieran la oportunidad de estar allí para poder ganarme ese lugar en esa buseta de su vida!

Sea la oportunidad para agradecerte a ti Moni, mi amiga, mi compañera de lucha, que te fuiste de “avanzada” para el cielo, aunque tu partida no estaba ni en tus planes ni en el mío desde allá has sido un apoyo incondicional.
Te agradezco desde lo mas profundo de mi alma y mi corazón todo el tiempo que me dedicaste. NADIE ha podido reemplazarte, pues tu, viviendo esta misma enfermedad a la par, tenias un único rol que es imposible de asumir. Nuestras llamadas (que duraban horas) a las 7:30 am cuando los maridos y los hijos ya habían salido eran nuestra mejor terapia. Llorábamos y nos reíamos a la vez, compartíamos los miedos, las angustias, los dolores y también nos llenábamos sueños, de ilusiones, de esperanza. Era un espacio nuestro donde planeábamos nuestro futuro lleno de vida y de alegría como la que tengo yo hoy y como la que seguro tu tienes en la gloria de Dios! Te extraño cada minuto y seré fiel a la promesa de tantas cosas que tengo guardadas de ti y que tienes tu de mi, estarás siempre conmigo, siempre es siempre!

Gracias a Dios que es incondicional, a mi marido que es mi mejor amigo. A mis hijos que son mis amigos…mi motor, a mi familia y todos mis amigos que hacen de mi hoy una mujer ABSOLUTAMENTE FELIZ.
Me alegra saber que ya estamos todos en este camino pavimentado, que c estamos disfrutando del paisaje hermoso que hoy me muestra la vida y la velocidad que nos da brisa fresca…. AHORA SI… NOS FUIMOS!

29- Año Nuevo

“Mamá, yo quiero que se acabe este año YA, porque si nos paso de todo” decía uno de mis hijos estos últimos días.

La verdad es que este 2014 fue bastante generoso en sus enseñanzas, y como a veces aprender duele, tuvimos momentos de tristeza que cuando empezábamos a recuperarnos de uno llegaba el otro.
Este año se me llevó muchas cosas pero me dejo a cambio otras bonitas que son las que me ayudan a entender que definitivamente todo en la vida es perfecto.

En el primer trimestre se me llevó lo poco que quedaba de pelo en mi cuerpo, me dejó tres cejas, tres valientes mosqueteras que lucharon hasta el final como para que yo no olvidarán que allí existieron. Se me llevó el color trigueño y me trajo a cambio un “glow in the dark” un tono entre amarillo y verde que me recordaba, sobretodo en las noches al desmaquillarme que el tratamiento si me estaba haciendo efecto, mucho efecto.
Es entonces allí, donde me atrevo a decir que este proceso de cambios físicos es quizás uno de los aprendizajes mas bonitos que tuvo esta enfermedad en la mujer, que la tuvo en mi. Renunciar obligatoriamente a mi mayor motivo de orgullo: mi pelo, me dio la lección más hermosa de desapego, renunciar a la fuerza al aspecto físico y sentir lo cierto que es que la belleza, el dinero y el poder salen y se van sin avisar… Que bonita lección! Para mi y para quienes estuvieron cerca.
Hoy, tengo un pelo más abundante y fuerte. Siempre quise crespos, ahora los tengo todos… Un poco más de lo esperado…de lo imaginado … Pero soy feliz con ellos. Los interpreto como un cambio real de mi nueva vida. Como aquellas personas que se cambian la identidad por completo. Eso hizo la vida conmigo y por eso, por esa misma razón tenía que ser coherente y el cambio que había dentro tenía que estar por fuera…
Hoy, soy una mujer de rizos y aunque me da nostalgia ver mis fotos del pasado, es cierto que gozo cada mañana que amanezco cuando me veo en el espejo como un árbol y siento que ahí estoy, la misma pero distinta, mi otra versión, la que quedó del 2014 y empieza el 2015…

Se llevó la firmeza y vitalidad de mi cuerpo, esa quimioterapia blanca que tuve durante principios del año absorbieron la energía física que quedaba en el. Fueron muy duras con mis músculos. Lo sentía disminuir cada día. Dificultades para respirar, para caminar… Fueron MUY duras, pero hoy me siento feliz porque de alguna manera el cuerpo ha venido despertando. Es hermoso ese aprendizaje de entender que caminar, respirar, valerse por si sólo no es gratis, no está garantizado, que hay que agradecerlo cada amanecer. Hoy, cuando puedo montarme en una banda a caminar, cuando quedo fundida después de haber hecho quizás el 20% de lo que era capaz de hacer antes, me siento feliz y agradecida de poder ir recuperando y aunque quizás nunca vuelva a ser la misma, estoy feliz, porque le doy valor a cada paso que doy. A poderme poner mis tacones de nuevo a caminar a correr y a bailar!

Este año se llevó a mi mamá, que atrevido! Se lleva la persona que más me quería en la vida, nada existe más fuerte que el amor de una mamá. Tenía en mis planes que las incapacidades de mis cirugías me iba a ir a acostarme al lado de ella, a acompañarla en su soledad y a que se sintiera tan útil como nunca, pues cuando se esta enfermo no hay nada que le sirva más a uno que el abrazo y el cuidado de la mamá, nada lo reemplaza…nada, absolutamente nada.
Pues si, este año se la llevó, no era el momento indicado a mi modo de ver, era quizás el que más la necesitaba, pero así estaba escrito. Así tenía que ser. Y aunque me costó entenderlo, hoy agradezco que nos haya dado la posibilidad de despedirla de manera especial, de que ella escogiera que iba a morir y de manera consciente despedirse de cada uno de sus hijos y nietos, de hacernos sus recomendaciones, de decirnos cuanto nos quería y de recibir todo nuestro amor y nuestra alegría de lo cual ella siempre se sintió orgullosa.
Cuanta falta me hace! Me duele cada día que pasa saber que no me pudo ver recuperada “con vida”. Yo siempre fui su niña….nunca crecí para ella… Y yo, que se lo que es el amor de los hijos, me imagino que así yo nunca le haya transmitido dolor, seguro sufrió por mi.
Hoy, en Diciembre, cuando me duele tanto no tenerla. Cuando me duele tanto ver llorar a mi papá cada segundo que la recuerda, pienso que está mejor que nunca, que está donde ella quería estar, donde ella merecía estar… Y que así nos duela el alma es una bendición que este hoy no CON sino DENTRO de nosotros.

Se llevó mi amiga, mi confidente de enfermedad, la única que me entendía lo que estaba viviendo “en línea” pues ella lo vivía igual. Con Mónica compartíamos angustias, miedos, tristezas. También compartíamos esperanzas, ilusiones y sobretodo el futuro… Teníamos muchos planes, muchos sueños. Se llevó a Mónica y yo en ese momento sentí que me derrumbaba más que nunca! Fue quizás lo peor que viví! No es comparable con el amor que se siente por la mamá, pero mi mamá había cumplido un ciclo y ya quería trascender, ya estaba cansada, ya era justo que descansara en la gloria de Dios. Pero Mónica no, ella y yo estábamos ilusionadas con todo, con ver crecer nuestros hijos, con disfrutar de los nietos… Estábamos en el mismo punto de la vida… Y se me fue!!!!
Recuerdo con alegría esa mañana que pasamos juntas en la clínica de la cual creíamos saldría pronto y recuerdo con tristeza esa llamada donde me dijeron que no estaba mas, ese vacío, miedo y profundo dolor que se apoderó de mi, que me robó la paz de muchos dias!
Hoy, la recuerdo siempre, sus consejos me retumban, porque ella era “canchera” en el tema y con esa paz y ese amor que la caracterizaban me había anticipado todo lo que iba a pasar cuando llegara al final… como iba a “despertar” a esta nueva vida. La tengo conmigo y aunque me duela el alma que no este, agradezco a Dios y a la vida que le haya permitido irse sin sentir dolor, que no hubiera sufrido las consecuencias de su nueva enfermedad y sobretodo que no se dio cuenta que se iba a morir. Era una mujer tan especial que se merecía dejarnos un recuerdo lleno de sonrisas y palabras dulces hasta el último momento… y así fue. Así la recordaré siempre.

Se llevó mi perrita, para quienes saben lo que es el amor de una mascota, saben lo que significa el amor desinteresado y profundo de estos animalitos.
Isabella fue mi primera mascota, después de haber renegado por su llegada y advertido a mis hijos que no quería verla cerca de mi, ni encima de un sofá porque no me gustaban los perros, termino durmiendo conmigo y cuidando de mi enfermedad pues nunca me desamparó.
Me enamore perdidamente de ese animalito, y era mutuo, ella no permitía que nadie se me acercara, me cuidaba como nada y me demostraba con su mirada que existe el amor verdadero.
Con solo 2 años un día le dio un infarto y se murió, ya cuando yo había terminado… hay quienes dicen que se llevó la enfermedad, pues el perro es el único ser vivo que da la vida por su amo. Me partió el alma, mas de lo que creí! Es un duelo y para mi era otra pérdida, otra renuncia, otro aprendizaje en tan poco tiempo… Hoy tengo a Canela, al otro día de morir Isabella llegó a conquistarnos a todos, y aunque “un clavo saca otro clavo” el lugar de Isabella nadie lo reemplazará, fue mi primera experiencia de amor desinteresado y de la cual aprendí que siempre quiero tener la felicidad de una mascota a mi lado.

En conclusión fue un año “movido” un año que me arrugó el corazón mas de la cuenta pero como la vida es justa me ha traído a cambio inmensas felicidades.
Compartir y aprender de tantas mujeres valientes que hemos tenido en el programa de Television “Poniéndole el pecho al cáncer” y sobretodo por medio de sus testimonios poder llegar con un mensaje de esperanza para quienes están pasando por una dificultad ha sido un inmenso regalo.
Me he sentido mas que realizada con Modorosa, con el apoyo tan hermoso de tantas personas para ayudar a quienes viven con dificultad una situación como estas, a ayudarlas a ver la luz en medio de esta oscuridad.

Gracias Dios por este año que pasó, en el que cada día me diste lecciones de humildad, de fuerza y de fe. Porque cuando sentía que no podía mas, cuando no podía dormir, cuando por minutos perdía la esperanza, cuando lloraba en silencio tu siempre estuviste ahí.
Gracias Dios porque hoy mas que nunca le doy valor a la vida, a los días y las noches, al calor y al frio… Porque hoy mas que nunca disfruto todo lo que tu tienes para mi.

Gracias Dios porque me quieres tanto que quisiste que yo aprendiera todas las duras lecciones en un mismo año para que los demás estén llenos de alegrías y sueños por cumplir porque hoy tengo muchos… pero muchos mas que antes.

Gracias Dios porque me pusiste a prueba mi familia y mis amigos y has permitido que descubra lo que es el amor y la amistad y descubra que a su lado mi vida tiene un sentido.

Gracias Dios porque esta ha sido la navidad que mas he disfrutado en mi vida y porque me permites dar la bienvenida a este nuevo año llena de felicidad! Espero que sean muchos mas, los que tu quieras, tengo muchos sueños por cumplir aun, pero cuando tu consideres que llegue el momento, me iré sabiendo que me permitiste descubrir, después de mucho aprender, que si existe la verdadera felicidad!