31- En la salud y en la enfermedad

“En la salud y en la enfermedad”. Esa frase tan comprometedora que escuchamos del padre en el momento del matrimonio católico.

Una frase que entra en nosotros mientras tomamos la mano y miramos a los ojos a esa persona por quién estamos convencidos que daríamos todo, absolutamente todo para que este bien…

Y empieza el matrimonio… feliz, disfrutando de la novedad de compartir, de vivir con “el novio”. Una sonrisa detrás de otra con ese tiempo juntos, con ir construyendo ese hogar que siempre hemos soñado, donde están puestas todas nuestras ilusiones.

Pero de pronto, en el momento menos esperado, quizás cuando mejor podemos estar, llega la hora de poner a prueba esa frase que prometimos con tanto amor y tanta fe.

Sin pedir permiso, sin tocar la puerta, sin avisar, llega el cáncer a invadir todos los espacios de la casa, entra así… Sin saludar, tomándose los lugares que eran sagrados para ti, que estaban diseñados para compartir felicidad con esa pareja, para reír… Para soñar… Cambia todo, empezando por el tiempo que es corto y ya no hay tanto ni para ir a cine, a comer o a bailar.   Las citas médicas, las cirugías y los cuidados se apoderan de el.   Esos vestidos que usabas para salir que a tu pareja le gustaban serán reemplazados por camisas anchas y pijamas de botones que te permitan mover fácilmente y sean cómodos para las cirugías. La ropa interior pequeña y sexy quedará en el cajón mientras unos brasieres grandes terapéuticos te acompañarán un buen tiempo.

Y tú cuerpo cambia, y tú color, y tú peso y tu fuerza.   Ese espejo al que te mirabas para verte linda te va mostrando una verdad que te aterriza día a día a tu nueva vida, que te duele pero que te enseña.

Se apodera de ti, de tus días y tus noches, de tus pensamientos porque todo cambia, todo sin tu querer, y aunque haces el mayor esfuerzo para que todo siga igual, en tu hogar pareciera que por momentos se apagara la luz, porque el miedo, la incertidumbre y la angustia tienen tonos de grises y opacan cualquier brillo que pueda existir.

Y es allí, donde sentirse amado forma parte del proceso de sanacion, es el aliciente para sentir que luchar para vivir vale la pena, es la oportunidad de sentir para quienes somos importantes y son cada uno de esos seres como carbones que avivan esa llama, esa luz llamada esperanza .

El amor llega de muchas personas, la familia, los amigos y para quienes tenemos pareja de aquel que nos eligió y prometió querernos y amarnos no sólo en la salud y la enfermedad sino hasta que la muerte nos separara.

Suena divino, pero no es fácil, es una situación que los somete a momentos duros de tensión, de miedo, de tristeza y de dolor. Es la oportunidad no sólo de saber de qué está hecho cada uno, sino de darse cuenta de lo que han construido como pareja desde el amor… Y es ahí… En esa palabra tan sencilla de cuatro letras que oímos tanto, que quizás decimos sin pensar la magnitud de lo que significa, dónde está la verdadera posibilidad de cumplir ese compromiso ante Dios.

Para la mujer es una situación que la enfrenta directamente a su ego, pues si bien cualquier cáncer es motivo de angustia y dolor, el cáncer de mama compromete su parte estética, su feminidad… Su sensualidad. Eso en particular nos genera miedo e inseguridad.

Verse deteriorar, poco a poco, frente al espejo llenarse de preguntas que no tienen respuesta y sobre todo aquella que tiene que ver con él, con saber si esa pareja si podrá amar y desear igual como era antes a una mujer que será diferente. Eso retumba en la cabeza, más duro de lo que imaginamos y aunque él te abrace y te diga que te ama como sea, tu te preguntas si eso sí será posible, si en el fondo él si podrá soportarlo.

Ahora, el hombre que ama de verdad sufre como nunca, se llena de miedo de pensar que esa mujer con la que decidió construir su futuro quizás no esté más, la mayoría lo hacen en silencio porque en teoría deben ser fuertes, pero se preguntan a solas que sería de la vida sin ella… Donde quedaría su alegría y la de su familia… Para donde se irían esos sueños por cumplir…   A esos hombres que aman de verdad, la enfermedad también les llega y les duele en el alma.

Algunos “le ponen el pecho” y cambian el observador para mirar su pareja con empatía, respeto y admiración. Algunos de ellos deciden dejar en “reposo” esa mirada donde veía esa mujer que ante sus ojos no había una más hermosa y sexy para él y elige ver la belleza de su corazón. Y es ahí… Precisamente ahí donde aparece lo que es el amor. Donde se descubre que somos uno y que está enamorado de su esencia, de su alma, de lo que ella está hecha… Y se queda ahí, pasando noches en vela a su lado, invirtiendo el tiempo juntos en horas de quimioterapia, cambiando las copas de vino por remedios, y los abrazos duros apretados por unos suaves que no lastimen el cuerpo pero que sanan el alma.

Hay hombres muy valientes que también deciden pelear. Que se van de escuderos a esa batalla llevando las armas de esa mujer que aman y que saben que sola tiene que luchar. Pues aunque algunos quisieran dar la vida por ellas y ser quienes estuvieran en su lugar, saben que no pueden hacerlo y que es ahí, al lado, viéndolas pelear como guerreras, viéndolas enfrentar con dignidad lo que ellas tuvieron que hacer, donde crece la admiración y por supuesto se fortalece el amor. Esos escuderos se quedan ahí, haciendo todo lo posible, algunos incluso se rapan sintiendo que estando “uniformados” demuestran que están listos para darla toda en esa guerra que se da a la par y aunque ella pone el cuerpo los dos ponen la fuerza y el alma .

Lamentablemente esta batalla es dura y muchos no logran llegar hasta el final. No los juzgo, es difícil y se cansan, aunque algunos son cobardes y se van antes de empezar, otros deciden lucharla pero en el camino… Entregan las armas, se dan por vencidos, no dan más….Es que eso es para machos, pero nos son muchos, solo los valientes, muy valientes!

No es fácil para ellos renunciar a sus comodidades, convivir con el miedo y la incertidumbre. Tampoco lo es tolerar en la otra los cambios de humor, sus lágrimas constantes y quizás su pesimismo no es para nada divertido.

Verla así, diferente a lo que ellos habían escogido y caminar ya despacio de la mano de una mujer calva no es algo que precisamente a algunos los haga sentir cómodos y es por eso que ellos, algunos de ellos, no aguantan y se van… Puede ser cobardía, puede ser miedo, pero sea lo que sea, se va el amor… Las dejan ahí, solas, tiradas en medio de la batalla, cuando saben que están aporreadas, que su cuerpo es más débil, que son vulnerables, cuando son conscientes que son su mayor ayuda… Que son su mayor pilar… Se van… Las dejan ahí al frente de esa bestia de tres cabezas que las mira de frente, con deseos y ahora con más poder!

Ellos que son el sexo fuerte en momentos como este algunos no lo son… Son débiles, salen corriendo, y no miran para atrás y se llevan con ellos las cosas, la historia y los sueños y pareciera que antes de salir por esa puerta apagaran nuevamente la luz de la esperanza.

Lo siento mucho por ellos, pues la mujer que queda llena de dolor, que quizás toca fondo por algún momento porque ese abandono duele en cuerpo y alma, tiene así no quiera que levantarse, armarse de nuevo, sacar fuerzas de donde no hay y enfrentarse a su enfermedad que no da tregua, que no da pie a descansar, que por el contrario pide más.   Y no sé cómo esa mujer si es valiente, ella que si sabe lo que es enfrentarse a lo más difícil, toma la decisión de no entregarse, se levanta como el ave fénix de las cenizas y va creciendo y volviéndose más sólida y fuerte que nunca.

El se la pierde a ella y a lo que se viene, pues ese tiempo pasa, más rápido de lo que se cree. Atrás empiezan a quedar los drenes, las pijamas de botones, los chuzones y las citas médicas.   Vuelve el tiempo para estar juntos, para ver un atardecer, tomar muchos cafés y junto a él soñar de verdad. Más, todavía más… Y sobretodo de querer cumplir esos sueños ya, porque se siente que nada puede esperar.

Los que se van se pierden esos abrazos fundidos para siempre, esa sensación de sentir no que somos el uno para el otro, sino que somos uno solo, ese placer que da saber que si es posible llegar juntos, viejitos de la mano hasta que la muerte nos separe.

Se perdieron esa mujer, esa que se conoció de verdad, que se aceptó y transformó su alma y su corazón. Se perdieron que ella les diera su amor infinito y toda su gratitud de por vida por lo que hicieron por ella. Se perdieron esa pareja, esa complice para siempre.

Se perdieron poder tener la sensación de felicidad de ayudar a quien amas, de conocerse y darse cuenta que pudieron. Que son valientes, y sobretodo que son humanos. Se perdieron la sensación de bienestar que da servirle a los demás. Se perdieron la plenitud que da cumplir la promesa que hicieron ante Dios. Pero sobretodo se perdieron sentir lo más importante, lo que no se puede comprar: que existe y se puede vivir en el verdadero amor.

El pelo vuelve a salir, el color aparece y las cicatrices son solo “heridas de guerra” que recuerdan que hoy hay vida. Esa mujer disfruta hasta el mas mínimo detalle. Esa mujer es libre de apegos, de complejos y de sufrimientos en vano, esa mujer es transparente, es así como es, sin miedo a que la juzguen y a que no la quieran.

La casa recupera más color que nunca y la alegría de vivir se siente en cada rincón. Vuelve la música, el martini, la minifalda y el labio rojo y los abrazos apretados. Y esa sonrisa y ese sabor propio del amor se apodera de los dos como nunca… Porque es un amor maduro, real, incondicional y sobretodo eterno….

Eso… Eso se lo perdieron ellos que seguirán huyendo cada que encuentren algo que les genere dolor, que quizás se la pasaran tratando de buscar donde esta el tan anhelado y perfecto amor…En cambio ella, recogerá lo que tanto aprendió, será mas feliz que nunca y agradecerá a la vida que los días, meses o años que le queden, no estén invertidos al lado de quien no la merezca. Ella, encontrará nuevamente el amor, que se manifiesta de muchas maneras porque el solo hecho de vivir la hará feliz.

Ella sonríe genuinamente cada mañana al abrir sus ojos y ellos… eso también se lo perdieron.

@poniendole

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30- A mis amigos

Cuando mis hijos estaban pequeños y debían pasar de kínder4 a kinder5, sus profesores buscaban que en el nuevo año pudieran coincidir con alguno de esos amigos con quienes ellos se sentían bien.
Utilizaban un ejercicio que a la luz de un niño era fácil de responder y consistía en preguntarles que si ellos fueran para un paseo en una buseta, quienes quisieran que estuvieran sentados a su lado.
Pues esta analogía que parece simple tiene mas fondo de la cuenta. La vida nos invita de manera natural a muchos “paseos” (unos mejores que otros) que nos toca queramos o no recorrer. Algunos son planeados, nosotros de alguna manera los hemos programado y los hemos visualizado. Otros son esos paseos “sorpresa” que te resultan sin maleta empacada y que sin saber para donde vas o incluso sin querer te tuviste que montar a ese bus!

Esta es una analogía perfecta para lo que vivimos quienes tenemos una adversidad como estas, una enfermedad que llega de “sorpresa” y te obliga a montarse en un bus con la ruta “salvar tu vida” en la cual no tienes ni idea como será ese camino, que tiempo vas a tardar, incluso si lograrás o no llegar al final.
Ahora, hay paseos donde escoges tu a quien invitar, hay otros donde te invitan y de alguna manera tu ya tienes claro de acuerdo a la compañía cual va a ser el “espíritu” de ese viaje, pero en este paseo en particular te montas SOLA y está en la libertad de cada quien subirse, bajarse y/o quedarse.

La familia está allí, algunos están despiertos todo el camino, otros se duermen por tramos pero hay que entender que es un recorrido largo y pesado que cuesta mantenerse en vela.Aun así, es hermoso sentir como desde el mas pequeño hasta el mas viejo quiere hacerte ver que con la sangre también nos corre amor por las venas.

Lo que admiro de manera especial es como hay amigos que deciden montarse a ese bus, ellos no tienen esa “obligación” y este paseo con ellos ha sido una fortuna. Cuando “me montaron” y tuve que ponerle primera y arrancar en esa loma empinada llamada cáncer, empecé a descubrir que ellos se montaban sin decirles y se amarraban el cinturón dispuestos a jugársela conmigo de corazón.

Cómo sería la vida sin amigos me pregunto, cómo sería la vida sin esos compañeros de vida que uno “elige” voluntariamente para compartir todos los momentos. Cómo sería la vida sin sentir que quieres a algunos como hermanos y que sientes que harían todo por ti.

Descubrí en este camino que ser amigo es una gran responsabilidad, que va mucho, muchísimo más allá de compartir un vino, un café… De disfrutar de una comida, una fiesta, un paseo… Los amigos, al igual que la familia se “descubren” en la enfermedad. Es allí donde dejan ver cual es la mejor versión de cada uno y que tan profundo y real si es ese amor que existe.

La vida ha sido generosa conmigo en este aspecto, mis amigos tuvieron unos gestos que me sorprendieron profundamente, que me llevaron sobre todo a cuestionarme la calidad de amiga que soy yo, gestos de desprendimiento, de entrega de amor profundo que yo no había hecho por nadie, gestos que me demuestran que en ese aspecto también tenia muchas cosas por aprender!

Tomar un avión solo para venir a visitarme, acompañarme en momentos de tristeza con el silencio que fuera necesario, regalarme su tiempo, hacerme mascarillas, masajes. Ayudarme a parar y sentar cuando tocaba y darme el brazo para caminar cuando en su momento lo fue. Y ni hablar de los mensajes, llamadas, regalos y por supuesto las cabezas que aun conservo.

Otros me regalaron su oración, sus medallas, rosarios, estampitas y novenas que hacían por mi o que me dejaban en la potería; Es una situación donde es difícil saber que tanto acercarse y así los entendí. Pero se que su corazón estaba conmigo y que su alma estaba conectada con Dios para ofrecer mi salud por encima de muchas de sus cosas durante todos los días.

Hay otros que nacieron en la enfermedad, que los conocí cuando seguro no era tan divertida como era antes, cuando mi cuerpo y mi alma habían cambiado y eso fue lo que mas les gustó y decidieron montarse en el bus de mi vida, de la que conocen ahora, de la que feliz y orgullosa estoy y si que se han sabido quedar allí!

Hoy me siento mas que afortunada, la vida por medio de esta enfermedad me permitió darme cuenta quienes son mis amigos de verdad. Quienes están conmigo en el camino de mi vida.

Hoy mi buseta es mas grande, pues aunque hubo unos pocos que no toleraron la incomodidad del camino y se bajaron, son mas los que subieron y tendrán “puesto fijo” pues quien te abre sus brazos, te comparte su tiempo y te da amor y alegría en la adversidad se quedara contigo para siempre.

Quiero desde el fondo de mi alma agradecer a todos y cada uno de mis amigos que me ha dado tanta alegría. Hoy, que me siento completamente sana, que miro para atrás y veo esa enfermedad como parte de un pasado que no volverá, siento que haber tenido la fortuna de recibir tanto amor en vida es la compensación a los otros sentimientos “diferentes” que se viven en la enfermedad.

Quiero agradecerles por sus consejos, oraciones y fe. Quiero agradecerles por reír conmigo y llorar también cuando tocaba.
Quiero agradecerles por las visitas en la quimioterapia, en las clínicas, en la casa mía (que es como llegar al cielo)
Quiero agradecerles por darme el espacio cuando era necesario, por entender a veces mi ausencia , mi lejanía, mi falta de respuesta… quiero agradecerles por tener la paciencia para quererme así como fui y así cómo soy hoy.

Y a los que se bajaron por decisión propia, a los que no tuvieron la paciencia y la fuerza para este viaje, les agradezco de corazón que en algún momento de la vida estuvieron conmigo, que me regalaron su tiempo en “las buenas”, los quiero y los disfruté. Pero sobretodo me enseñaron que muchas veces anteponemos nuestras necesidades y prioridades por encima de cualquier cosa y no logramos conectarnos con el dolor del otro. Gracias a estos amigos cuyo papel en mi vida era mostrarme como también yo debo mejorar para que no sea fría, ajena y distante a los problemas de los demás como seguro en muchas situaciones lo he sido.Gracias a ellos entiendo y hoy pido perdón a aquellos que en algún momento de su vida han sentido dolor y yo no he estado allí lo suficiente, lamento no haber ofrecido mi hombro cuando el miedo y la angustia estuvo en sus corazones. Dios no quiera que tengan que volver a vivir otra adversidad, pero si así lo fuera, quisiera me dieran la oportunidad de estar allí para poder ganarme ese lugar en esa buseta de su vida!

Sea la oportunidad para agradecerte a ti Moni, mi amiga, mi compañera de lucha, que te fuiste de “avanzada” para el cielo, aunque tu partida no estaba ni en tus planes ni en el mío desde allá has sido un apoyo incondicional.
Te agradezco desde lo mas profundo de mi alma y mi corazón todo el tiempo que me dedicaste. NADIE ha podido reemplazarte, pues tu, viviendo esta misma enfermedad a la par, tenias un único rol que es imposible de asumir. Nuestras llamadas (que duraban horas) a las 7:30 am cuando los maridos y los hijos ya habían salido eran nuestra mejor terapia. Llorábamos y nos reíamos a la vez, compartíamos los miedos, las angustias, los dolores y también nos llenábamos sueños, de ilusiones, de esperanza. Era un espacio nuestro donde planeábamos nuestro futuro lleno de vida y de alegría como la que tengo yo hoy y como la que seguro tu tienes en la gloria de Dios! Te extraño cada minuto y seré fiel a la promesa de tantas cosas que tengo guardadas de ti y que tienes tu de mi, estarás siempre conmigo, siempre es siempre!

Gracias a Dios que es incondicional, a mi marido que es mi mejor amigo. A mis hijos que son mis amigos…mi motor, a mi familia y todos mis amigos que hacen de mi hoy una mujer ABSOLUTAMENTE FELIZ.
Me alegra saber que ya estamos todos en este camino pavimentado, que c estamos disfrutando del paisaje hermoso que hoy me muestra la vida y la velocidad que nos da brisa fresca…. AHORA SI… NOS FUIMOS!

8-Mi hijo del medio

Desde que soy mamá mis hijos se han convertido en la mayor inspiración de vivir, cada uno de ellos me llena de bendiciones y de ilusiones y por ellos y para ellos siento que cada día tiene un mayor sentido.

A mi hija mayor, Daniela pude escribirle el día de la madre, pues fuimos “graduadas” el mismo día como hija y como mamá. A Simón, el menor, le escribí cuando se iba a vivir un semestre al exterior

en mitad de mi tratamiento. Fue un gesto de desprendimiento y amor muy grande motivarlo a que se fuera cuando más lo necesitaba, anteponiendo como toda mamá lo hace, su bienestar sobre el mío.

Hoy, esta carta es para mi hijo del medio, mi hijo Tomás quien tiene 15 años y una vida llena de ilusiones para todos, porque Tommy es también mi inspiración.

 

Mi adorado Tomy:

Esperaba este momento de escribirte con mucho deseo y mucho amor. Buscaba muchas maneras de hacerlo y todas me llevaban al mismo tema: el éxito que te ha traído la vida y el que estoy convencida te deparará. Y es por eso que hoy, desde el fondo de mi corazón quiero insistirte en lo que tanto a ti y a tus hermanos les hemos repetido tu papá y yo sobre cual es el verdadero éxito en la vida y donde está “escondida” la verdadera felicidad.

Desde tu comienzo has sido lleno de sorpresas para nosotros. Después de haber perdido nuestro segundo hijo en un embarazo de un poco más de dos meses, tu papá fue becado en una universidad de otro país para hacer su especialidad. Entonces, a pesar del dolor de la pérdida y con la idea permanente de “verle el lado bueno a todo” pensamos que incluso había sido “mejor” que las cosas no se hubieran dado de esa manera, pues iríamos a vivir un año a otro lugar, el presupuesto económico era limitado y ya existía tu hermanita que demandaba no solo mucha atención sino dinero.

Alquilamos el apartamento y vendimos el carro para podernos ir. Cuando faltaban dos días para salir, inicie un sangrado y descubrimos que era nuevamente un embarazo y tenía la misma amenaza de aborto que había tenido en el anterior.

PLOP. No podíamos aplazar el viaje, tu papá no se iba sin mi y yo no podía permitir que esa oportunidad se perdiera, pero por encima de cualquier cosa, de cualquier comodidad, estaba esa ilusión de tenerte, de que vinieras a complementar nuestra familia, de sentir que esta vez nuestro segundo hijo iba a llegar.

Nos fuimos así y mientras tu papá se iba con tu hermanita de un año a buscar donde vivir, a alquilar y amoblar apartamento, hacer aseo y mercar, yo me quedaba solo contigo dentro de mi, en la cama de un hotel, quieta como nunca, pidiéndole a Dios que te quedarás ahí, pegadito para siempre.

Y así fue, te pegaste muy bien por un tiempo, pero a los 5 meses de embarazo cuando aparentemente estábamos ya tranquilos empezaste a acosar para salir (característica que aun conservas,pues eres callejero como yo). Era una amenaza de aborto que me obligó a estar en cama hasta el final y me limitó a ver caer las hojas del otoño y la nieve del invierno desde mi ventana.

Empezando Enero empecé a notar que algo no estaba bien, eras un bebé muy activo y te movías sin parar y de pronto sentí que tus movimientos eran menos y lentos. De urgencia consultamos al médico quien me hizo muchos exámenes los cuales salieron perfectos y en 8 días tendría cita de control de nuevo. Yo, terca como he sido, le dije a tu papá el regresar a la casa que aunque el médico podía ser una autoridad en el tema yo era la mamá, y que yo sabía que no estabas bien!
Era una situación muy difícil para tu papá, pues el como estudiante que era en ese momento, a pesar de ser ya ginecólogo en Colombia, no tenía permitido que pudiera tocar ninguna paciente. Su “instinto paternal” hizo que un ginecólogo del hospital le permitiera un espacio para el mismo hacerme la ecografia arriesgándose a una fuerte llamada de atención quizás si hubiera sido descubierto. Y fue así como tu papá, que tiene la mano de Dios que lo acompaña permanentemente con sus pacientes, se dio cuenta entonces que el líquido amniótico estaba muy poco y que había que sacarte urgente.
Vencimos la pena de tener que enfrentar a un prestigioso doctor de el hospital de la universidad para decirle que se le había escapado este pequeño “detalle” y como ya era tarde se programó entonces la cesárea a primera hora del día siguiente.

Naciste entonces en la mañana de ese 5 de Enero, en medio de una fuerte nevada y de luces de navidad todavía. Naciste sano, feliz, con esos ojos y esas pestañas mirando para todas partes y has crecido  así despierto e inquieto, con ganas de saberlo todo.

Nos has llenado de sorpresas, te gusta hacer las cosas a tu manera y ahí vas… Seguro, firme y apasionado como hasta el día de hoy. Cada día más parecido a tu papá en su inteligencia, en su recursividad, en ponerte grandes metas y en lograr todo lo que te propones y cada día mas parecido a mi en  tu chispa, tus amigos y tu alegría.

La vida te ha premiado mi amor con muchas bendiciones, además de crecer en una familia llena de amor para ti, la vida ha sido generosa en los talentos que te ha dado para lograr lo que quieres y encontrar el éxito. Aprendes fácil, muy fácil, Pero yo quiero recordarte hijo mío que esos regalos que Dios te da son para ponerlos al servicio de los demás y si que hemos aprendido como familia que el regalo más grande que tenemos es amanecer con vida y sonreirle a todo lo bueno y lo malo que pueda llegar. A ser capaces de disfrutar de la luz y afinar la mirada en la oscuridad para tropezar pero no caer.

Los números te favorecen, académicamente siempre has tenido un promedio superior, y en las vacaciones que trabajaste y ahora que empezaste un negocio has empezado a a tener contacto con el dinero. Quiero recordarte entonces mi amor que al contrario de lo que nos han vendido, allí no esta la felicidad! los números en la vida son muy importantes, pero lo son para contar que cada día es uno más de vida y de experiencia, para disfrutar cada segundo y sentir que estar al lado de los que amas vale oro. No hay mejor satisfacción que un alto resultado de un examen, pero no del tuyo, sino del que ganó ese compañero a quien tu le pudiste explicar antes, a quien dedicaste tu tiempo para que pudiera superar una dificultad que aunque no lo es para ti era muy grande para el; No hay mejor satisfacción que acumular dinero para cumplir sueños de otros, así como el que tu y tus hermanitos decidieron hacer con los ahorros de ustedes hace un par de años cuando a Ceci quien nos ayuda en la casa, un aguacero se llevó el techo de su casa. Para eso son los números mi vida, para darles ese debido valor y aunque nos sentimos orgullosos porque esos porcentajes existan pues son producto de esfuerzo, entrega y responsabilidad, queremos siempre que entiendas que el porcentaje de bondad, de mejores intensiones y de servicio a los demás que deberíamos trabajar todos los seres humanos todos los dias deberia estar por encima del 100%,y se que no es fácil, pero si la intensión existe hay un gran avance.

Tienes una gran facilidad con los idiomas, incluso cuando viviste a los 13 años por un semestre en USA te ganaste entre tus compañeros de grado 8 el premio del mejor estudiante en inglés, a pesar de ser ellos nativos. Ya pasaste tu nivel de Francés que te permite estudiar en cualquier universidad y llevas unos meses preparando tu italiano para seguir en un par de años con el portugués que supuestamente también dices quieres aprender. Nos encanta ver ese interés por saber más, nos llena de satisfacción ese esfuerzo por exigirte y aprender, pero ten presente amor que el lenguaje universal es el amor. Es la única manera donde todos los seres humanos podemos conectarnos con el otro sin barreras, donde todos entendemos lo que las demás personas sienten y necesitan, es ese idioma que manejado con los otros asertivamente da paz y mucha felicidad y cuando este idioma lo tienes en tu corazón Tomy, no como primera, sino como tu única lengua, puedes llegar al alma y a transformar la vida de todo aquel que tenga la fortuna de estar a tu lado, de aparecer en tu vida, y tu, que quieres ser médico a futuro si que lo vas a poder hacer!

La música nació contigo también, cuando empezaste a tocar batería a los 4 años, recuerdo que el dueño de la academia de rock me preguntaba que porque leías partituras, que donde habías aprendido si eras muy chiquito… Ni idea… Venían contigo, tocaste con fluidez un poco más de diez años y ya iniciaste el acordeón que de manera increíble lo has ido avanzando. Es una gran facilidad para tocarlos, lo has hecho también con pocas clases de guitarra que tomaste, aunque eso si, todo hay q decirlo, cuando repartieron el talento de la voz estabas dormido porque no te toco sino un poquito para poder hablar y se lo dejaste todo a tus hermanos.

Ahora Tomy, en la vida la música te la pones tu y la manera como quieras bailarla es tu decisión también. La palabra gracias será musica para tus oídos y todos los “Dios lo bendiga” como le dicen a tu papá sus pacientes será la frase que más te hará feliz cuando ejerzas tu profesión y te dará un sentido de vivir. Esa es la música que si tu deseas la vida tiene para ti y oirla con claridad y ademas la intensidad de su volumen está en tus manos.

Entonces hijo, quiero que al igual que tus hermanos, que también están llenos de talentos y bendiciones entiendan que en la vida, en la belleza, el poder, el dinero… En esas cosas donde nos dicen está la felicidad …no está, no es real!! por el contrario, entregarles ese poder a ellas no te van a permitir gozar de las grandes y pequeñas cosas de la vida, porque si algún día tu existencia, considera que debes aprender y toma prestadas alguna o algunas de ellas quedaras sin sentido de vivir. Sin norte y sin motor.

Tu, más que nadie has aprendido la lección tan bonita y tan potente que nos ha dejado esta enfermedad como familia. Como nos ha despertado en ese saber que la felicidad está en mirarnos cada día que amanece y saber que estamos los unos para los otros. Como nos ha ayudado a comprender que la alegría, La paz y el amor son cosas que el dinero nunca podrá comprar y que somos dueños de trabajar para mantenerlas vivas en cada uno de nosotros a pesar de las circunstancias.

Hemos aprendido también que el poder más grande no lo dan los premios, ni los cargos profesionales ni el lugar que ocupes en la sociedad, el poder más fuerte es el que hay dentro de ti para enfrentar tus propios miedos y tus angustias, para acompañar a los demás, para ser luz para quienes te necesiten. Debes tener presente que nada ni nadie puede ser superior al poder que tu mismo tienes sin olvidar nunca que eso jamas nos da derecho a estar por encima de nadie, a sentirnos superior a los demás y que la humildad debe acompañarnos cada día para recordarnos que todos somos iguales e importantes en esta vida.

Por eso mí amor entenderás que a veces cuando llegas con los premios y nos dices a tu papá y a mi que pareciera que no nos importaran por la forma como los recibimos, sea la oportunidad de recordarte que nos sentimos muy orgullosos, que nos llena de satisfacción como tu y tus hermanos han respondido a los regalos que la vida les ha dado, pero queremos que entiendan que lo que más orgulloso que nos hace sentir a nosotros y debe hacerte sentir a ti, es ver el gran ser humano que eres, la capacidad que tienes de revisar en tu interior, observarte y darte cuenta donde debes mejorar para ser un ser humano integral. Tu interés de trabajar cada día para que tus hermanos, nosotros, tu familia, tus amigos y quienes trabajan con nosotros, puedan disfrutar de una compañía como tu y sobretodo como puedes darles felicidad a sus vidas. Recuerda “no es lo que somos, es lo que proyectamos” y tu viniste a este mundo a dejar huella.

Gracias amor por esta compañía cercana en este camino que ya termina,  porque tu atención y comprensión siempre ha estado ahí. Gracias porque a tus 15 años has entendido el verdadero valor de las cosas y siento que trabajas por ello, porque en compañía de tus hermanos haces que levantarme cada día tenga un mayor sentido.

Gracias también porque fuiste apoyo firme en mi enfermedad, fuiste fuerte, muy fuerte y me acompañabas y aconsejabas con una madurez superior a tu edad. Siempre fuiste sincero con todo y para mi era muy valioso todo lo que me decías. Recuerdo que días antes de perder el pelo, un día me medí una peluca que me habían prestado, quería ensayar como se sentía y como iba a verme. Salí al cuarto donde todos estaban sentados y ninguno lo esperaba. Hubo un momento de “shock” pues la verdad me veía como Mafalda, y mientras tu papá y tus hermanos con sonrisa fingida me decían que se me vería divina, tu no dijiste nada y me miraste fijo por varios minutos, al final me abrazaste y fue el único día que te ví llorar de verdad con dolor, con complicidad…  fue la única vez, pero tenías que hacerlo, tu ya entendías lo que significa el pelo para una mujer y en este caso era tu mamá. Por fortuna no la usé, siempre te parecí hermosa con mi calva brillante y aprendiste además que a veces podemos ser diferentes a los demás. Que a veces podemos voluntaria o involuntariamente ser el “parche” y no pasa nada!

Gracias mi vida porque el primer día de quimioterapia me mandaste con tu papá una carta hermosa con una cadenita y el árbol de la vida. Gracias porque estancaste mis lágrimas esa noche que me descubriste llorando escondida en el vestier cuando todo esto apenas comenzaba y lo mantuviste en secreto como te lo pedí, gracias porque volviste a estancarlas con lo que me dijiste cuando giré en el espejo el día que me rapé… y gracias porque existes, porque disfruto tanto de tu compañía y porque se que cuidarás de tu papá, tus hermanos y de mi toda la vida porque me lo prometiste y porque tu Tomás, al igual que tu papá cumplen sin esfuerzo todo lo que prometen.  Que bendición tenerte!

Te amo profundamente,

La mamá

28- Hoy termino y empiezo a vivir…

Un hombre muy rico vivía en una isla llena de lujos y comodidades. Era completamente solo y como pronto iba a morir decidió regalar su isla y toda su fortuna a aquella persona valiente que llegara nadando desde la costa a su isla.
El problema no era la distancia, el mayor inconveniente era que este recorrido estaba lleno de tiburones y existía una altísima probabilidad de no terminar con vida.
Llegó el día determinado entonces y todo el pueblo estaba en la playa mirando quien sería aquella persona extraordinariamente valiente que hiciera ese recorrido.
El tiempo pasaba y como era de esperarse, nadie tomaba la decisión de lanzarse al agua.
Cuando faltaban tan solo minutos para cumplirse el plazo alguien se tiró al mar, empezó a nadar con tanta fuerza y rapidez que los mismos habitantes del pueblo que se conocían hace tantos años, se preguntaban quien sería aquel que demostraba evidentemente no solo que era valiente sino que tenía una fuerza que seguramente el mismo desconocía.
Los tiburones estaban a su alrededor se acercaban y se alejaban, la gente desde la playa sufría y gritaba y en un trayecto que pareció largo para todos pero que fue mas corto de lo esperado para él, llego al otro lado! Con heridas, con vestigios del recorrido pero con vida.
El propietario y las demás personas que esperaban se acercaron de inmediato sorprendidos a mirar quien era y por sorpresa se dieron cuenta que era una mujer del pueblo, que siempre había vivido tranquila, sin problemas, que llevaba una vida feliz, que a la luz de todos era lo suficientemente cómoda para haber tomado esta decisión.
El propietario admirado la felicitó por su valentía y le aseguró que toda la fortuna ya era suya y finalmente le preguntó cómo había tomado la decisión de lanzarse al mar, una decisión que nadie esperaba y mucho menos de ella.
Ella, mientras miraba para los lados respondió: “lanzó? No… Yo no fui, no fue mi decisión… Todavía estoy tratando de ver quien fue el “descarado” que me tiró”

La conclusión es que muchas veces en la vida hay algún “descarado” que quiere hacerle daño a uno y lo “tira al agua” lo obliga a enfrentar adversidades como el desempleo, el divorcio, el desengaño, las dificultades económicas,la soledad… Adversidades que te enfrentan al dolor, a la sensación de abandono, a la perdida incluso del deseo de vivir…
Ese “descarado” que nos termina haciendo un favor aunque su propósito inicial haya sido diferente, ese “descarado” q nos arregla la vida como nunca antes.

Ahora, esta historia es una analogía perfecta a la situación que vivimos en una enfermedad como el cáncer.
Lo vemos desde la playa, lo vemos así como se pueden ver los tiburones. Le tenemos pavor pues sabemos que enfrentarlo tiene una dosis de riesgo importante e impredecible.
Ahora, en este caso, o al menos en mi caso sé que el “descarado” que me empujó fue Dios, El me eligió para que yo hiciera ese recorrido, que aunque ya lo había vivido desde la orilla estaba convencida que allí, a ese mar lleno de aparentes angustias y dolor no me iba a meter. Me escogió a mi para que recorriera y nadara con la fuerza que ni yo misma imaginé que pudiera tener y sobretodo me dio una fuerza adicional para que en ese trayecto donde el frío, el miedo, la incertidumbre y los roces de los dientes de los tiburones que los sentí varias veces y que de hecho dejaron su recuerdo, fueran por el contrario inyección de energía para llegar con vida al otro lado porque mi familia y mis amigos me necesitaban.

Nunca imaginé que pudiera nadar así y no soy la única, he descubierto muchas personas que lo hacen, pues todos los seres humanos tenemos esa fuerza, esos “superpoderes” están allí y está en nuestras manos hacer uso de ellos, es nuestra decisión aprovecharlos o entregarnos a merced de los tiburones antes de tiempo.

Hoy llegué a la isla! Hoy termino mi ultima incapacidad después de 16 meses de haber nadado sin parar, hoy oficialmente doy por terminado todo lo que tiene que ver con el cancer en este hermoso camino recorrido. Hoy me duele el cuerpo, estoy cansada, muy cansada pero con la satisfacción profunda de habérsela metido toda en cuerpo y alma.

Hoy vivo mas feliz que nunca y soy rica, muy rica porque rico no es aquel que tiene mucho sino que menos necesita. Hoy descubrí que el valor de la vida no tiene precio y que lo verdaderamente importante, lo que llena el alma y da felicidad no cuesta nada. Hoy soy consciente que haber enfrentado tantas dificultades en este camino me han ayudado a encontrar “mi mejor versión” y que mi misión está en permitir que otras lo hagan, que puedan llegar a tiempo y que este corrido sea mas fácil para que desde el comienzo lo hagan con amor y felicidad y lo vean no como amenaza sino como oportunidad!

Hoy agradezco a ese “descarado” que amo y que me da la paz llamado Dios que haya llegado mas a mi vida, se que me puso pruebas muy duras adicionales a la enfermedad porque el quería que me graduara con honores. Se llevó a mi mamá, se llevó amigas, se llevó a mi perrita… Pero todo lo que El hace es perfecto y esto tenia que formar parte de mi aprendizaje. Esto formaba parte de aprender a vivir sin apegos, de vivir el hoy, de entender y de aceptar.

Hoy despido casi 200 dias de entrega y aunque algunos tuvieron tonos de grises siempre hubo una luz que hoy brilla en mi alma y en mi corazón como nunca antes.

Agradezco a EL, a la vida, a mi familia, mis amigos… Y por supuesto a la ciencia que hoy empiece de nuevo. Que hoy sienta que volví a nacer y que ya soy una persona diferente por dentro y hasta por fuera!

Gracias al cáncer hoy descubrí lo que es la verdadera felicidad!

Hoy termino y empiezo a vivir!

27- A punto de terminar…

Selfie quirófano

Selfie quirófano

Hace pocos dias tuve mi ultima cirugía, debía realizarme el cambio de las prótesis expansoras a las reales, sacarme los ovarios para no estar ahí “durmiendo con el enemigo” y corregir una hernia umbilical. Una cirugía “combo agrandado” con plástico, internista y ginecólogo a bordo.

No veía la hora de que llegara ese día, iba FELIZ pues para mi esa cirugía era dar por terminado este tiempo de mi vida donde el cáncer era el dueño del control. Donde el horario, la alimentación, el ejercicio y el sueño había sido “tomado” por él así yo no lo quisiera.

Días antes tuve unas vacaciones con mi esposo, estaban planeadas hace casi un año y en teoría para ese momento yo ya habría terminado y sería un motivo de celebración. Aunque el tratamiento, las cirugías y demás cosas tuvieron que moverse por múltiples razones, digamos que el viaje fue una celebración previa al cierre de esta etapa y pienso que fueron esos días de descanso los que ademas me hicieron “hacerle ganas” y recibir con tanta alegría lo que iba a vivir.

Si señores, alegría, aunque parezca increible llegar a un punto de la vida donde nos sentimos felices y agradecidos por poder entrar a una sala de cirugía, así la misma implique volver a cargarse de paciencia, de fuerza y de valentía. En realidad es sentir esperanza porque allí vemos “el futuro”…la vida que nos queda…

No es fácil, implica soportar incomodidades físicas, depender de alguien que te ayude y soportar una buena dosis de dolor en el cuerpo y en el alma, porque no existe ningún momento en la vida que mas se extrañe la mamá que cuando se está enfermo y acostumbrarse a que la de uno te acompaña desde el cielo seguramente requiere de un buen tiempo. La verdad hay que hacer un gran esfuerzo para entender que a esa persona que más te quiere en la vida ya le correspondía trascender y para poder tenerla como compañía espiritual tendrás que renunciar a sus abrazos, sus besos, sus llamadas, sus oraciones y su cuidado diario, para que lo haga desde otra dimensión, superior, para que esté más cerca que nunca así no lo sientas y para que esté EN TI, no contigo…algo así como el amor de Dios.

La cirugía era a las 7:00am, radiante, como si fuera para un paseo salí de mi casa.
Llegamos a la sala de preparación y aunque la gente de la clínica es muy especial, ese olor de “limpio” de hospital me empieza a llenar de miedo, me esconde las venas , mis dedos se ponen frios y empiezo a temblar. Siempre es igual.
Pero…esta vez no fue así, yo iba TAN feliz de sentirme “al otro lado” que mientras estaba en la sala de preparación estuve oyendo musica con mi celular y a pesar de que mi marido estaba ya en “modoquirófano” (serio y alerta), me permitió que siguiera con el.

Llegó entonces el momento del cateter que es mi mayor temor, lograron ponerlo en el primer intento que no era lo usual y no me saco lágrimas esta vez, pues es de las pocas cosas que me hace llorar. Casi de inmediato llegó la aplicación del sedante para pasarme al quirófano.

Hasta ahi llegue yo, o mejor dicho, llegó mi conciencia. A partir de ese momento no me acuerdo de nada incluso no me acuerdo ni de la llegada a mi casa varias horas después de despertar.

Es alli entonces donde de manera maravillosa empieza mi inconciente a relucir. Estaba “en las drogas” literalmente, absolutamente trabada y sin control de mis acciones y de mis pensamientos. Ese momento de tanta vulnerabilidad donde sale lo real, ese “indio” que todos llevamos dentro, lo que los seres humanos tenemos oculto, incluso muchas veces lo que no queremos que nadie vaya a conocer. Ese momento donde no hay filtros y nuestros miedos, angustias…nuestras emociones en general están totalmente al descubierto, podría decirse entonces que: “los niños, los borrachos y los anestesiados siempre dicen la verdad”.

Pues yo FUI FELIZ, me cuenta mi esposo que una vez me entraron al quirofano y me di cuenta que había música le pedí al anestesiólogo que pusiera la canción:”Happy” de Pharrel Williams y acostada, incluso amarrada en la camilla, empece a moverme y a cantar a su ritmo. Además, después dije que nos tomaramos una “selfie” ( una foto tomada por uno mismo) en compañia del anestesiologo, el plástico y mi marido quien siempre entra al inicio de las cirugías pero se sale una vez va a empezar.

Tengo que confesar que cuando supe la lora que había dado, sentí “pena ajena” de haber tenido ese comportamiento en medio de tanta gente desconocida. Sentí pena con mi esposo de imaginarme la fuerza que debió haber hecho, el que es tan puesto en orden, tan organizado y riguroso. Tan controlado.

Pero, a los pocos minutos, cuando “cambie el observador”, me sentí TAN feliz pues me di cuenta que la decisión que tomé desde el comienzo de ser feliz a pesar de todo, de verle el lado amable y recibir con alegría todo lo que llegara, de no entregarle mi alegría a una enfermedad definitivamente era mas que una decisión… Era una realidad que se siente en mi cuerpo, en mi alma y en mi mente consciente e inconsciente.

Esa es mi vida hoy despues de este cáncer, mas feliz que nunca. Y así puede ser la vida cuando miramos la adversidad con otros ojos y buscamos esa luz asi sea pequeña en momentos de oscuridad. Claro que han existido momentos que han sido diferentes, que no han sido para cantar y bailar, sería imposible que no fuera así cuando te enfrentas a una enfermedad que compromete la vida y cuando vas viendo la gente que se muere alrededor por no haber llegado a tiempo. Pero ese no ha sido el común denominador, como lo he dicho varias veces y lo repito, esa frase que dice:”El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”… Es una decisión.

Hoy, después de estar una semana acostada, con las limitaciones de mis tres cirugias, con dolores, incomodidades y cicatrices tengo más felicidad que nunca! Tengo mi corazón lleno de vida y esperanza y recibo los dias y años que vienen que serán muchos más especialmente el día de mi cumpleaños #45 que será mañana y que sin duda celebrarlo ya es más significativo que antes.

Hoy veo desde mi cama en la montaña en estos dias de tanta lluvia y oscuridad ese rayito de luz que me da calor.

Hoy veo sobretodo en la mirada de mi marido y mis hijos cada dia que amanece que vivir vale la pena.

Hoy siento que los miembros de mi familia y los amigos que me han acompañado tienen más valor que nunca.

Hoy siento que paradójicamente por medio del mas profundo dolor descubrí lo que es la verdadera alegría!

Gracias vida por esta oportunidad de empezar a vivir lo que es la verdadera felicidad soy feliz, MUY feliz!

*video en el quirófano: http://youtu.be/XAoP0Jfc5Uk

17- Martha Alzate

Martha lleva muchos años vendiendo flores en el cementerio, y aunque de alguna manera ha vivido cerca de la muerte, el cáncer de mama no ha sido para ella motivo de dolor,por el contrario su alegría sigue representando la vida y el color de las flores que ofrece a sus clientes.

Se sorprende eso si, como algunos batallamos con la vida y otros no la aprovechan

Esta es un linda historia:

https://www.youtube.com/watch?v=ClI6GLKfjwE&index=18&list=PLabQ9okQ22Ym20RcFo8kth_miwBuAqg4X

14- Elena Palacio

Hace varios años conocí a Elenita, admiré en ella su sonrisa, su alegría y su espíritu de servicio. Es una mujer increíble, transmite energía y esperanza y determina que la actitud es definitiva para enfrentar cualquier adversidad. Ella es verdaderamente ejemplo de ello:

https://www.youtube.com/watch?v=sn1MnzytQNk&list=PLabQ9okQ22Ym20RcFo8kth_miwBuAqg4X&index=14