27- A punto de terminar…

Selfie quirófano

Selfie quirófano

Hace pocos dias tuve mi ultima cirugía, debía realizarme el cambio de las prótesis expansoras a las reales, sacarme los ovarios para no estar ahí “durmiendo con el enemigo” y corregir una hernia umbilical. Una cirugía “combo agrandado” con plástico, internista y ginecólogo a bordo.

No veía la hora de que llegara ese día, iba FELIZ pues para mi esa cirugía era dar por terminado este tiempo de mi vida donde el cáncer era el dueño del control. Donde el horario, la alimentación, el ejercicio y el sueño había sido “tomado” por él así yo no lo quisiera.

Días antes tuve unas vacaciones con mi esposo, estaban planeadas hace casi un año y en teoría para ese momento yo ya habría terminado y sería un motivo de celebración. Aunque el tratamiento, las cirugías y demás cosas tuvieron que moverse por múltiples razones, digamos que el viaje fue una celebración previa al cierre de esta etapa y pienso que fueron esos días de descanso los que ademas me hicieron “hacerle ganas” y recibir con tanta alegría lo que iba a vivir.

Si señores, alegría, aunque parezca increible llegar a un punto de la vida donde nos sentimos felices y agradecidos por poder entrar a una sala de cirugía, así la misma implique volver a cargarse de paciencia, de fuerza y de valentía. En realidad es sentir esperanza porque allí vemos “el futuro”…la vida que nos queda…

No es fácil, implica soportar incomodidades físicas, depender de alguien que te ayude y soportar una buena dosis de dolor en el cuerpo y en el alma, porque no existe ningún momento en la vida que mas se extrañe la mamá que cuando se está enfermo y acostumbrarse a que la de uno te acompaña desde el cielo seguramente requiere de un buen tiempo. La verdad hay que hacer un gran esfuerzo para entender que a esa persona que más te quiere en la vida ya le correspondía trascender y para poder tenerla como compañía espiritual tendrás que renunciar a sus abrazos, sus besos, sus llamadas, sus oraciones y su cuidado diario, para que lo haga desde otra dimensión, superior, para que esté más cerca que nunca así no lo sientas y para que esté EN TI, no contigo…algo así como el amor de Dios.

La cirugía era a las 7:00am, radiante, como si fuera para un paseo salí de mi casa.
Llegamos a la sala de preparación y aunque la gente de la clínica es muy especial, ese olor de “limpio” de hospital me empieza a llenar de miedo, me esconde las venas , mis dedos se ponen frios y empiezo a temblar. Siempre es igual.
Pero…esta vez no fue así, yo iba TAN feliz de sentirme “al otro lado” que mientras estaba en la sala de preparación estuve oyendo musica con mi celular y a pesar de que mi marido estaba ya en “modoquirófano” (serio y alerta), me permitió que siguiera con el.

Llegó entonces el momento del cateter que es mi mayor temor, lograron ponerlo en el primer intento que no era lo usual y no me saco lágrimas esta vez, pues es de las pocas cosas que me hace llorar. Casi de inmediato llegó la aplicación del sedante para pasarme al quirófano.

Hasta ahi llegue yo, o mejor dicho, llegó mi conciencia. A partir de ese momento no me acuerdo de nada incluso no me acuerdo ni de la llegada a mi casa varias horas después de despertar.

Es alli entonces donde de manera maravillosa empieza mi inconciente a relucir. Estaba “en las drogas” literalmente, absolutamente trabada y sin control de mis acciones y de mis pensamientos. Ese momento de tanta vulnerabilidad donde sale lo real, ese “indio” que todos llevamos dentro, lo que los seres humanos tenemos oculto, incluso muchas veces lo que no queremos que nadie vaya a conocer. Ese momento donde no hay filtros y nuestros miedos, angustias…nuestras emociones en general están totalmente al descubierto, podría decirse entonces que: “los niños, los borrachos y los anestesiados siempre dicen la verdad”.

Pues yo FUI FELIZ, me cuenta mi esposo que una vez me entraron al quirofano y me di cuenta que había música le pedí al anestesiólogo que pusiera la canción:”Happy” de Pharrel Williams y acostada, incluso amarrada en la camilla, empece a moverme y a cantar a su ritmo. Además, después dije que nos tomaramos una “selfie” ( una foto tomada por uno mismo) en compañia del anestesiologo, el plástico y mi marido quien siempre entra al inicio de las cirugías pero se sale una vez va a empezar.

Tengo que confesar que cuando supe la lora que había dado, sentí “pena ajena” de haber tenido ese comportamiento en medio de tanta gente desconocida. Sentí pena con mi esposo de imaginarme la fuerza que debió haber hecho, el que es tan puesto en orden, tan organizado y riguroso. Tan controlado.

Pero, a los pocos minutos, cuando “cambie el observador”, me sentí TAN feliz pues me di cuenta que la decisión que tomé desde el comienzo de ser feliz a pesar de todo, de verle el lado amable y recibir con alegría todo lo que llegara, de no entregarle mi alegría a una enfermedad definitivamente era mas que una decisión… Era una realidad que se siente en mi cuerpo, en mi alma y en mi mente consciente e inconsciente.

Esa es mi vida hoy despues de este cáncer, mas feliz que nunca. Y así puede ser la vida cuando miramos la adversidad con otros ojos y buscamos esa luz asi sea pequeña en momentos de oscuridad. Claro que han existido momentos que han sido diferentes, que no han sido para cantar y bailar, sería imposible que no fuera así cuando te enfrentas a una enfermedad que compromete la vida y cuando vas viendo la gente que se muere alrededor por no haber llegado a tiempo. Pero ese no ha sido el común denominador, como lo he dicho varias veces y lo repito, esa frase que dice:”El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”… Es una decisión.

Hoy, después de estar una semana acostada, con las limitaciones de mis tres cirugias, con dolores, incomodidades y cicatrices tengo más felicidad que nunca! Tengo mi corazón lleno de vida y esperanza y recibo los dias y años que vienen que serán muchos más especialmente el día de mi cumpleaños #45 que será mañana y que sin duda celebrarlo ya es más significativo que antes.

Hoy veo desde mi cama en la montaña en estos dias de tanta lluvia y oscuridad ese rayito de luz que me da calor.

Hoy veo sobretodo en la mirada de mi marido y mis hijos cada dia que amanece que vivir vale la pena.

Hoy siento que los miembros de mi familia y los amigos que me han acompañado tienen más valor que nunca.

Hoy siento que paradójicamente por medio del mas profundo dolor descubrí lo que es la verdadera alegría!

Gracias vida por esta oportunidad de empezar a vivir lo que es la verdadera felicidad soy feliz, MUY feliz!

*video en el quirófano: http://youtu.be/XAoP0Jfc5Uk