3- Decantar la noticia…

La subida a la casa fue un silencio total, mientras mi esposo, como ginecólogo seguramente pensaba en causas y efectos desde la medicina , yo pensaba en que pasaría si yo faltara, en que sería la vida de él sin mi, en mis hijos, en mi mamá y mi papá , mis hermanos, mis nietos, en todo lo que me faltaba por vivir y que por un momento lo veía diluirse.

Fue una sensación rarísima, sin rabia, sin culpas, sin tristeza, fue desde el principio un convencimiento de que esto sería una “raya mas para el tigre” y que lo manejaríamos con tranquilidad como muchas otras cosas que han pasado, pero a veces era inevitable contemplar la posibilidad de que los días de mi vida podrían estar en cuenta regresiva y de cuestionarme por aquellas cosas que aún tenía pendientes por hacer.

Dormimos poco, mas abrazados que nunca y a primera hora de la mañana fuimos al laboratorio a hacerme exámenes de sangre y posteriormente a la cita con la cirujana plástica quien me explicó lo que tendría que enfrentar estéticamente y aunque no se veía muy agradable, ante el deseo de vivir nada es mas importante.

A las 9:00am estaba en mi segunda clase de PNL cuyo tema central fueron las emociones y cómo si las mismas no eran bien manejadas podríamos crearnos enfermedades, algunas de ellas tan graves como el cáncer…

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2- La noticia

El jueves 1 de Agosto (3 días después de la biopsia)  a las 2:00 pm le dieron el resultado a mi esposo: de los 50 mm de tejido , 3 mm habían salido con células malignas.

No quiero imaginarme el esfuerzo que tuvo que hacer para poder atender las pacientes de la tarde, fueron las últimas que atendió por muchos días pues esa tarde cuando se fue no regreso hasta 3 semanas después.

Yo me encontraba en mi primera clase del diplomado de programación neurolingüística y salía al final de la tarde. Mi esposo constantemente me preguntaba cuanto me faltaba para terminar y al final me dijo que nos encontráramos en el lugar menos pensado: el parqueadero de un edifico donde vivieron mis suegros.   Me sorprendió el punto de encuentro, pero como en esos días estábamos en plan de comprar un carro y el sabe que me gustan tanto las sorpresas pensé que esta sería una de ellas.  Después , me confesó que pensó mucho en escoger un lugar que no fuera importante para mi, que yo no visitara con frecuencia, pues sabía que la noticia que iba a recibir quedaría anclada en la memoria con una emoción negativa y no quería que me siguiera mortificando toda la vida.  Ese es mi marido: planeador, asertivo y pensando siempre en mi bienestar.

Yo llegué y me monté en el carro con el, mientras el me hablaba y me preguntaba como había pasado el día, yo con disimulo, emocionada, trataba de descubrir mi sorpresa alrededor. En un instante me cogió la mano y me dijo:” linda, entregaron los resultados de los exámenes y tu biopsia salió mala”.

Yo sentí que se me bajó el mundo, un frío, un miedo… Me tapé la cara un instante sólo para pensar y a los 20 minutos ya estábamos donde el medico.

Mi ginecólogo, con la amabilidad que lo caracteriza, nos recibió con mucho cariño y nos explicó que tendríamos que hacer una cirugía (mastectomía radical) pero que el se iba de viaje y regresaba a los 26 días, igual, yo estaba tomando un medicamento que debía suspender como mínimo por 10 días.

Nosotros, con la confianza que el nos daba y sin dimensionar lo que significaba la palabra esperar, programamos la fecha de la cirugía para el día siguiente de su regreso.

Quien soy yo…

yo CA

Soy Lina Hinestroza, 43 años, casada con un hombre que tengo la fortuna de que esté a mi lado hace 25 años (18 de ellos de matrimonio), y tres hijos adolescentes maravillosos.

Soy la menor (despues de 8 años) de una familia muy numerosa: papá y mamá, que aún viven, 7 hermanos (uno en el cielo), 14 sobrinos  (3 ahijados) y 3 sobrinos-nietos que me derriten.
En la familia de mi esposo, tan cercana para mí, está mi suegra presente, y mi suegro más presente que nunca desde el Cielo.  5 cuñados y 2 ahijados, entre los 21 sobrinos que adoro y que me hacen muy feliz cuando me dicen “tía”.

Mi familia es una locura, la chispa “Hinestroza”, que viene de tíos y primos, mi papá, a sus 84 años, la tiene a flor de piel.   Goza con todo, un humor increíble se burla de él mismo.  Todos queremos ser como el en su forma de ver la vida.  Se ríe a carcajadas, compra peleas y tiene como hobbie reírse de cuenta de mi mamá.
Mis hermanos son un circo, una fiesta de mi familia es para reírse sin parar, no hay edad.. Todos estamos en la misma “vibra” , hablamos bobadas, es una delicia estar todos juntos… Es una terapia.

La familia de mi esposo es el polo opuesto: ejemplar, seria y  profunda, todo perfectamente organizado, se respetan la palabra, no se habla duro y todos siempre estamos de acuerdo. Su calidad humana es insuperable. La honestidad que los caracteriza está acorde a la inteligencia que los acompaña a todos. Me encanta estar con ellos, son catalizadores, nos queremos y aunque los viajes de todos no nos permiten compartir mucho tiempo juntos, cuando lo logramos disfrutamos cada encuentro que, generalmente, termina con una guitarra y un micrófono que va de mano en mano de tíos y sobrinos.   La armonía de la familia es también musical.

Soy una  mujer feliz, muy feliz, con ese humor  “Hinestroza” que tanto he valorado! Positiva y confiada.
Mi esposo es un hombre amoroso y sincero, transparente como ninguno, cuyo principal objetivo es que mis hijos y yo seamos felices. Su personalidad es tal cual su familia y aunque respira profundo cuando me devuelvo tres veces del carro, me cambio de ropa antes de salir o abre alguno de mis cajones, quiere que esté todo el tiempo a su lado, dice que no puede vivir sin mí y yo le creo porque a mí me pasa lo mismo.

Mi hija mayor de 16 años es mi clon físico, somos muy amigas, es la niña que me soñé, antojada a más no poder, femenina,  alegre, dulce y sincera, eso sí, me regaña porque cuando abre mis cajones ve que somos diferentes y aunque es feliz en mi clóset no se parece a nada al de ella, porque tiene el chip del papá en su orden, juicio y responsabilidad. Perfeccionista a morir, lo cual será útil para una futura arquitecta.
Mi hijo mediano es una mezcla increíble, en su hemisferio izquierdo predomina el del papá: excelente estudiante, analítico, auto exigente, competitivo. Será por eso que quiere ser médico como él.
El hemisferio derecho es el mío: sociable, con sentido de humor. Callejero a más no poder. Desde el lunes piensa en la fiesta de viernes, sábado y domingo y tiene actividades programadas para mañana, tarde y noche.  ¡Me parece verme en mi adolescencia!
Mi hijo menor es totalmente distinto, tranquilo como el papá, con una inteligencia emocional impresionante, tiene la capacidad de conectarse con el corazón de la gente fácilmente, lo cual le ayudará mucho cuando sea médico como tiene planeado también. Es profundo, sincero, es más maduro que yo, es un alma más evolucionada, me sorprende cada día más.

Trabajo en una empresa de comunicaciones y relaciones públicas: Tripartita Comunicaciones, que hace más de 7 años fundamos una “hermana” del colegio y yo. Digo hermana, pues una socia para mí es una hermana que uno escoge con quien compartir sueños, un sueño que hoy tiene 8 miembros de familia: las “Triparchicas”, nuestras hijas que queremos tanto.

Tenía una vida activa, muy activa, despertador a las 5:15 am para salir al gimnasio con mi esposo todas las mañanas, citas de trabajo todo el día y tratar de regresar a la casa a las 4:00 pm para estar cerca de mis hijos mientras trabajaba en mi computador hasta la noche que tenía que volver a salir.
Por mi trabajo tengo que asistir a muchos eventos en la noche, mucha vida social y pocas horas de sueño… muy pocas.
Estrés, mucho estrés, eso de querer ser la mujer maravilla no es fácil: mantenerse en forma, arreglada, peluquería, casa rodando, con flores, el mercado, trabajo, clientes, más clientes, visitar a la mamá, a la suegra, verse con las amigas, ir a las reuniones del colegio, ir a los eventos y estudiar italiano… Deliciosa me parecía, pero ahora que veo mi vida hacia atrás, me parece agotadora.

Gracias a Dios, el día menos pensado mi vida cambió…

foto familia CA

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