Según la tricóloga (especialista en pelo) A partir del día 13 se debería empezar a caer y su recomendación era raparlo de inmediato.
En mi caso no fue así, más o menos al día 18 empece a quedarme con los manojos de pelo en la mano, en la almohada , en la ropa. Dejaba un camino por donde pasaba.
No puedo negar que al principio me causo impresión , en el fondo pensé poder ser uno de esos pocos casos entre miles de mujeres en quimioterapia que NO se les cae el pelo.
Me dolía sentir que quizás iba a dejar de parecerme físicamente a mi hija, me dolía perder la feminidad que el pelo me brindaba y perder mi identidad.
Mi esposo me había acompañado primero donde la especialista para que nos explicara como debía hacerse este tema pues desde el primer momento decidí que quería vivirlo en la intimidad de mi familia. Consulte a mis hijos cuando hacerlo y ellos definieron que la noche después de la segunda quimioterapia, pues querían que llegara al centro Oncológico con pelo.
Fue un momento muy especial, mis hijos me sentaron dando la espalda al espejo y mientras mi esposo iba cortando lo poco que quedaba de pelo (para donarlo para capules de gorros de niños con cancer) mis hijos lo guardaban como era debido. Llego el momento de pasar la máquina, ese sonido me llego al alma, le pedí muchas fuerza a Dios para aceptarlo con amor y sobretodo para hacer de ese momento algo valioso para nuestra vida como familia.
Con una tranquilidad superior a la que imaginé tener, les dije a mis hijos que era un momento especial , que siempre estaríamos unidos como familia en las cosas buenas y en las “diferentes”. Que ellos estaban en una edad donde la belleza era muy importante y esta era la oportunidad para ver la belleza interior, para reflexionar siempre antes de hacer un comentario malintencionado de algún defecto físico de alguien. Ademas fui enfática en pedirles que cuando vieran la mamá en la casa, sin pelo, no pensaran que estaba enferma, por el contrario , pensaran que ya me alivie, que el tratamiento me hizo efecto y estaré más sana que nunca.
Terminaron de raparme, mi hija me maquillo y me voltearon al espejo con los ojos cerrados. Dijeron en coro: 5…4…3…2…1… y abrí los ojos…
Me impacto un poco, hice un esfuerzo enorme por sonreír con un nudo en la garganta , pero fue inevitable que mis ojos se empezaran a llenar de lágrimas. Fue entonces en ese momento cuando uno de mis hijos me abrazó y me dijo:”mamá, cuando tu te mires al espejo, vas a pensar lo mismo que nos acabas de decir a todos nosotros” y me dejo no sólo sin palabras sino sin una lágrima, tenía toda la razón.
A partir de ese momento sentí que me quité un peso de encima, esa noche dormí perfecto, recupere mi tranquilidad. Recordé mucho las palabras de una amiga que vivió esta situación y que ha sido un gran apoyo en este proceso, que me advirtió que eso era tal vez lo mas dificil, pero que era menos duro de lo que uno imaginaba.
Esa noche descubrí la angustia que venía acumulando inconscientemente haciendo resistencia a un tema que no tenía solución, descubrí que el pelo es un accesorio , que parte de lo que tenía que aprender era el desapego a tantas cosas que no valían la pena y que además era un tema temporal.
Eso si, le pedí a Dios que me diera la fuerza así fuera un solo día de tener la valentía de no usar la peluca. Todo llegaría a su debido tiempo…
Me parece increible el temor a perder la identidad, cuando este cambio lo que hizo fue crear una identidad mil veces más linda, auténtica, arrazadora que la anterior…. 😉
¡Una verdadera princesa!
Sigue adelante sembrando esperanza y esparciendo semillas de confianza…
Bueno, las casualidades de la vida….Hace varios dias te vi llegar a un restaurante, me impresiono lo hermosa y femenina que te veias, mas llena de vida de lo que ve uno normalmente en las personas, radiante, feliz…Y por un minuto pense en lo hermoso que es el poder de una buena actitud, me imagino que no todos los dias son faciles, que la vida te ha dado muchas lecciones y aunque todas deben ser hermosas no siempre es facil aprender en cuerpo propio. Creo que verte este dia le dio un sentido hermoso de gratitud a mi vida, no sabemos que traiga el futuro mañana, y tampoco sabemos si estaremos preparados a asumir la vida con tanta responsabilidad y buen humor…Pero hay algo hermoso que surgio en mi, la vida es una acumulacion de experiencias, no todos tenemos despertares llenos de lecciones, pero los que contamos con estas experiencias, aprendemos a ver cada dia como una oprtunidad de vivir…como si fuera el ultimo dia, como si fuera el primero!
Gracias!
SC
Lina primita comtemplada formaste parte de nuestra familia tu nacimiento la octava fue la gran novedad para las dos familias los dos hermanos Alejandro (mi papa) y el tio Ricardo (tu papa) ya que cada una la formaban 7 hijos total 14 asi q tu eras nuestra bebe fue muchas las veces que te pediamos prestada tuvimos la oportunidad de vivir y compartir ya que nos separaban unas cuadras y un parque a las dos casas en el Poblado (Provenza) mas tarde llego Federico en la nuestra para ser 16 .
Fue mucho lo que compartimos doy gracias Dios por esa union.
Siempre has lucido bella, con una natural espontaneidad, ahora mas despejada que nunca luces radiante y esplendorosa!
Mi profunda admiración y respeto por ti aunque no te conozco. Gracias por compartir tu experiencia de una manera tan real pero sin perder el optimismo. Tus historias son de gran utilidad para quienes han vivido esta lucha en carne propia, con un familiar o incluso a quienes son ajenos a ella.