1-Ecografía mamaria

Vengo de una familia con una herencia de cáncer de seno  importante: mi hermana y 4 primas (una de ellas falleció). A pesar de eso nunca pensé que podría pasarme a mí, NUNCA.  Yo, que me sentía tan joven, tan sana, tan vital, con esposo ginecólogo que me chequeaba permanentemente y un equipo médico inmejorable que me controlaba con frecuencia… Me sentía libre de todo mal y peligro.

Producía nódulos permanentemente. Los sacaban en cirugía anualmente y siempre salían fibroadenomas benignos.   Eso lo hicimos por 4 años hasta que “el equipo médico” decidió mejor no seguirme sometiendo a cirugía sino que los que fueran apareciendo se harían seguimiento.
Hace 3 años entonces aparecieron dos nódulos pequeños en el cuadrante inferior del seno derecho, sensibles al tacto, una vez hechos todos los chequeos se comprobó que eran “buenos” entonces cada 6 meses me hacia mamografía y ecografía de control.

Mi esposo empezó a acosarme desde junio para que pidiera las citas de control y siempre se me olvidaba, como era un tema que yo no consideraba para nada probable no lo tenía entre mis prioridades, pero ante la insistencia finalmente quedó agendada  para el  22 de julio.

Cuando vi en mi agenda la noche anterior que tenía cita al día siguiente en la tarde, le recordé a mi esposo que nos encontráramos allí como siempre suele hacerlo.   Pero aparentemente no lo había agendado y tenía una cirugía a esa hora que no podía cancelar y pues la verdad era un examen tan de rutina para mí que ni considere la posibilidad de aplazarla. PRIMER ERROR AFORTUNADO.

Cuando llegue al centro donde me practican los exámenes de rutina me encontré con otra sorpresa: la médica que siempre me ve, que conoce de memoria mis senos, mis nódulos, estaba de vacaciones y yo no tuve la precaución de pedir la cita con ella, me tendría que atender una diferente: SEGUNDO ERROR AFORTUNADO.

Entro a la cita, una doctora muy joven, me revisa el seno y se alarma porque ve una bola grande que según ella no aparecía en la ecografía anterior y ordenó una biopsia.   Yo me asusté un poco y le pedí que llamáramos a mi esposo al celular.
Él trató de explicarle en el teléfono que había dos bolitas pequeñas seguidas, justo donde ella veía la grande. Que quizás ella se había confundido y las había sumado.  Ella, estuvo cerrada al tema y efectivamente ordenó la biopsia: TERCER ERROR AFORTUNADO.

Salgo de la cita un poco inquieta, me voy al consultorio de mi esposo, que es ginecólogo, me hace una ecografia y efectivamente ve que son las dos mismas bolitas, del mismo tamaño de hace 3 años,  pero que cuando aleja el ecógrafo se suman y da justo la medida que la joven radióloga decía. Nos volvió el alma al cuerpo.

Sin embargo, mi esposo, con lo acucioso que es, insistió en pedir la cita con la médica de siempre para que ella hiciera o no la biopsia, cita que se llevó a cabo exactamente 8 días después.

Llegamos tranquilos a la cita donde nos esperaban la radióloga y su esposo que es ginecólogo, me revisaron y efectivamente vieron que había sido un error de visualización de la radióloga que estaba de reemplazo y que los nódulos seguían del mismo tamaño y se veían tan “buenos” como siempre.
La doctora que es muy profesional, aunque consideraba que todo estaba bien y que a la vista se podría concluir que en un 99.9% eso no era nada malo, me propuso que si yo quería, ya que estaba allá y había sacado el tiempo me hiciera la biopsia.

Yo, que no era muy guapa para todo lo que tuviera que ver con agujas, dije que sí y en pocos momentos fueron 5 disparos que sacaron 50 mm de tejido.
Salimos tranquilos, convencidos de que era una cita más, al menos yo no volví ni a pensar que estábamos pendientes de un resultado.

Quiero aclarar lo de los 3 errores afortunados:
El hecho que mi marido no haya podido ir, que la doctora no fuera la de siempre fue lo mejor que nos pudo haber pasado, pues  ellos se sabían los nódulos de memoria y, sin duda, lo más probable era que nos hubiéramos quedado tranquilos y regresado en 6 meses quien sabe en qué condiciones ya.

La joven doctora, iluminada por Dios, permitió que cometiera el mejor error de su vida, un error que salvó una vida, un error que no alcanzamos a agradecer.

Es ahí, donde las cosas que a veces vemos imperfectas son perfectas ante los ojos de Dios y tarde que temprano entendemos el para qué…

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