Aunque hemos sido muy diferentes en el modo de ser, siempre nos ha unido ese espíritu de compañeras-hermanas que dejó como regalo el haber compartido pupitres por 13 años en el mismo salón del colegio. Nos vimos literalmente crecer.
Una vez graduadas, Elsa tuvo que enfrentarse a diferentes pruebas con el cáncer. Admiré siempre en ella su capacidad de manejarlo, su tenacidad y sobretodo su esperanza.
Un día, en un paseo de compañeras fuera de la ciudad a Ayapel, teníamos que tomar unos taxis que no se veían en muy buen estado.
Rápidamente yo exigí un cupo en el taxi de Elsa, pues sin duda ella había superado muchas pruebas y seguía con vida, era una “Dura de matar”. Ahí nació su sobrenombre con todo mi cariño : Bruce Willis , sobrenombre que permanece con ella…
Esta es la historia de mi querida Bruce: